Rachel Leplyse se ha convertido en la primera mujer en atravesar los 48 estados contiguos de EE. UU. en 48 días y en una moto. Esta londinense, ni corta ni perezosa, ha cubierto una distancia de más de 33.800 km en su Royal Enfield Interceptor 650.
Durante su travesía, como bien cuenta ella misma en una entrevista a nuestros compañeros, se cruzó con mil personajes extraordinarios a lo largo del camino y fue una aventura inolvidable. Por supuesto, nuestra protagonista desafió una amplia gama de condiciones climáticas, desde gélidos vientos, hasta tormentas y abrasadores días soleados.
A pesar de la monumental travesía de 33.800 km que tenía por delante, Rachel eligió un vehículo poco convencional para este fin y, sobre todo, ese continente (aunque la Interceptor tiene raíces por aquellos lares). Como no somos cabezones los moteros y no tenemos las ideas claras, la británica optó por una preciosa Royal Enfield apodada Stella, cómo no. Por cierto, motocicleta gentilmente proporcionada por la marca indobritánica como apoyo.
¿Cómo le fue a la Royal Enfield Interceptor 650?
A lo largo de su épico recorrido, Rachel gastó cinco juegos de neumáticos y 25 litros de aceite de motor, pero sorprendentemente, no experimentó ninguna avería mecánica, excepto por una bombilla trasera que se fundió, como no puede ser de otra manera, en el peor momento posible. Es decir, mientras atravesaba una solitaria carretera montañosa de Utah de noche y en medio de una tormenta eléctrica. Lo normal.
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Para resolver este dilema, Rachel tuvo que desplazarse durante los últimos 45 minutos hasta la civilización con los frenos puestos, ya que, de lo contrario, era completamente invisible en la oscuridad. Como en todas las grandes aventuras, este viaje estuvo lleno de altibajos. Rachel fue testigo de un trágico accidente en Arizona. «Decidí que cada día sería un buen día y lo viví de esa manera. A pesar de mis problemas de ansiedad y depresión, continué adelante y cada día fue una experiencia eufórica«, declaró Rachel.
Los momentos que transformaron su vida y los encuentros con personajes excéntricos se convirtieron en una rutina para Rachel, quien recordó haber interactuado incluso con los Ángeles del Infierno en algunos bares. Sin embargo, la inglesa también destacó la suerte que tuvo de conocer a ciertas personas que nunca olvidará.
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A la pregunta de ¿por qué?, Rachel lo tuvo claro. Su motivación para embarcarse en esta odisea fue su deseo de superarse a sí misma, a la vez que el anhelo de inspirar a otras mujeres a subirse a máquinas de dos ruedas. «Siempre quise involucrarme en el mundo de la motocicleta. Como muchas mujeres, había estado siguiendo los pasos de mi pareja, pero necesitaba hacerlo por mí misma. Tomé las riendas y desde entonces me enamoré. Espero que este viaje motive a las chicas a aventurarse y montar sus propias motocicletas«. Sinceramente, qué más se puede decir.
Ahora, tras completar su aventura, Rachel se está adaptando a una nueva vida en Montana, lugar donde planea perfeccionar sus habilidades todoterreno para futuros viajes a través de Australia. Ahí queda eso.
Por cierto, lo último. Si alguna vez te has planteado llevar a cabo el «viaje de tu vida«, Rachel tiene un consejo claro y sencillo: «¡Hazlo! A veces, es necesario abandonar la rutina para experimentar las cosas más increíbles que puedas imaginar«.