Si ya es complicado conducir en moto cuando llueve, hacerlo en las circunstancias actuales lo es aún más. La nube de polvo africano, que está barriendo toda la Península, se está convirtiendo en un factor de peligro en cualquier desplazamiento. Sobre todo por la pérdida de visibilidad más que por la resbaladiza tierra repartida por el pavimento.
Hay que tener especial atención a la visibilidad. El riesgo de sufrir un accidente cuando llueve es un 70% superior y la causa principal es la reducción de la visibilidad, no la pérdida de adherencia. En la situación actual, la visibilidad se reduce aún más por el polvo sahariano suspendido en el aire y por el barro que se forma en la visera del casco.

Cuando llueve se reduce la luz ambiental y las gotas de agua en el aire reducen la visibilidad horizontal, situación que se agrava en las condiciones actuales. Además, por la noche la lluvia modifica el entorno visual de los conductores.
Las gotas de lluvia filtran parte de la luz de los faros y reducen las zonas iluminadas. Cambia la luz que se refleja sobre la carretera, reduce las propiedades reflectantes de las marcas viales y cambia la percepción visual de ciertas superficies, más aún cuando estas gotas están impregnadas de polvo, debido a que son más opacas.

Consejos para conducir bajo la lluvia
1. Mantener la visera del casco en buen estado, sin daños y limpia.
2. Fijarse bien en el asfalto para buscar charcos o regueros que puedan causar un acuaplaning. La nube de polvo africano provoca lluvias de barro que reducen la adherencia del asfalto y lo hacen más resbaladizo.
3. Cuando llueve, las pantallas de los cascos tienden a empañarse. Una pantalla con “pinlock” evitará que se forme vaho en la zona interior y la que la visión sea perjudicada.
4. Hay que encender las luces de carretera para ver y ser vistos, no las largas, pues su reflejo reduce la visibilidad.
5. Aumentar la distancia de seguridad. Esto otorga más tiempo de reacción ante imprevistos como un frenazo y además reducirá el impacto negativo del agua, con barro en suspensión, que levanta el vehículo que llevamos por delante.

6. Hay que fijarse en las luces de los coches que nos preceden. Nos ayudan a saber por dónde va el camino y si hay imprevistos.
7. Si la visibilidad se reduce hasta imposibilitar la conducción. Hay que detenerse en un lugar seguro. Hasta encontrar ese lugar hay que circular alternando la vista al frente con miradas más cercanas a izquierda y derecha, buscando las líneas de la carretera.
8. Estar atento a los vehículos que nos rodean, sobre todo, camiones y autobuses. Pueden levantar grandes cantidades de agua con barro al pasar sobre charcos.
9. Permanecer atento a los vehículos que nos cruzamos. Pueden levantar una gran salpicadura por sorpresa (sobre todo cuando vienen del sentido contrario) y no perder la calma por el impacto, ni por quedarnos sin visibilidad por unos instantes, hay que mantener la trayectoria y no dar frenazos bruscos.
10. Utilizar un repelente de agua para la visera del casco. Así las gotas de agua y barro, apenas toquen la superficie de la pantalla, se deslizarán hasta desaparecer del campo de visión.
Sobre todo conduce con tranquilidad, respetando las señales de circulación y sin prisa. Que la nube de polvo africano pase tan rápido como llegó.
