Román Ramos, Jordi Torres y Xavi Forés tienen aspiraciones diferentes en el Mundial de SBK, completamente condicionadas por su material. Tienen un pasado común, el Mundial de Moto2, aunque Forés es el más experimentado con las motos “grandes” (campeón del FIM CEV dos veces, y también del campeonato alemán). Hablamos con los tres en la anterior cita, Motorland, y la parada en Imola es una buena oportunidad para recordar lo que nos contaron.
Román Ramos
Ramos cumple su segunda campaña en SBK, y ya se encuentra perfectamente acoplado: “He cambiado mucho con respecto al año pasado, y parece que voy muy despacio dentro de la curva, asemejándome a los demás, a Sykes también”, dice el cántabro, que se siente cómodo con la nueva fórmula del campeonato, con una carrera cada día: “Se me pasa el fin de semana mucho más rápido (se ríe). Pero prefiero la forma de antes; aunque sé que esta nueva es mucho mejor para el espectador, pero para mí es mejor esa sensación que tenía antes, al terminar una carrera, como que te relajas. Aquí, en SBK, no puedes hacer eso, terminas, te vas a relajar y piensas: ¡Ostras! Aún me queda otra”.
Ramos destaca lo avanzada que es su Kawasaki ZX-10R, a pesar de ser un piloto privado: “Yo nunca había probado una moto con tanta electrónica como la de una SBK, la verdad es que se parece muchísimo a una MotoGP. Por lo que tienes mil cosas para tocar y esto es lo que da como resultado que un equipo de fábrica esté delante, porque al final nosotros también llevamos una electrónica buena, pero no tenemos tantos parámetros para tocar como ellos”, dice.
Somos un equipo bastante humilde, con un presupuesto bastante más bajo que el de los equipos de fábrica, pero estamos ahí, peleándonos con ellos
No obstante, Ramos se deja ver, aunque no es fácil. “Es complicado luchar contra los equipos de fábrica, porque además están evolucionando durante toda la temporada y nosotros no creo que tengamos ninguna evolución más; pero es lo que tenemos. Somos un equipo bastante humilde, con un presupuesto bastante más bajo que el de los equipos de fábrica, pero estamos ahí, peleándonos con motos de fábrica, incluso ganándoles en carreras, y esto nos tiene que dar fuerza para seguir adelante”.
Jordi Torres
Tras su estreno en SBK con el equipo oficial Aprilia, a Jordi Torres le toca correr con una BMW S1000RR. Un cambio que se antoja difícil…: “Es totalmente difícil, difícil en el sentido de que ya lo era adaptarse a la Aprilia, una moto que nace para carreras, pensando en SBK, y cuando consigo adaptarla… Pasar de eso a todo lo contrario, a un cuatro en línea que es agresivo, que sólo trabaja arriba, que tiene mucho freno motor en la parte superior, pero tan poco en la parte de abajo, mientras que la Aprilia tiene mucho freno motor siempre, es una bestialidad. Luego, en cuanto al chasis, la BMW es digamos más normal: un chasis más corto y más ancho, en el que, si pasa algo, agranda la sensación. Sin embargo la BMW nace para la calle y aquí se prepara”, dice Torres.
Por tanto, hay mucho trabajo de adaptación con la BMW: “Ahora estamos intentando ponerlo cada vez más tarde, más tarde, y que nosotros vayamos dibujando sobre un papel en blanco hacia dónde queremos llegar. Con tan pocos entrenamientos y tan pocas carreras, es difícil sacar hasta ahora conclusiones claras, porque hemos obtenido poca información, si la comparamos con la que tiene Kawa, Ducati o que puede tener Honda”.
Torres valora positivamente su material, “la BMW es una buena moto”, dice, pero hay elementos que necesitan trabajo: “Tal vez la electrónica se ha quedado un poquito atrasada, pero tenemos que saber en qué sentido debemos mejorarla. Por ejemplo, con un control de tracción que tenga más intervenciones y no tan separadas como ahora”, indica.
Torres no ve con malos ojos la nueva fórmula de las carreras en jornadas separadas. “Está bien porque el viernes cobra importancia, supone una carga total de estrés. El sábado se convierte en un día frenético, en el que tienes que hacer de todo y encima tienes una carrera”, dice, pero reconoce que disfrutaba con las carreras en una sola jornada: “A pesar de que vaya mejor, yo soy ese “quemao” al que le gustan las dos carreras el domingo. No pienso que para el piloto sea mejor, pero sí que es como más esencia de SBK”.
Xavi Forés
Por primera vez en su larga carrera deportiva, Xavi Forés se enfrenta a un campeonato con material de primera línea, aunque no es oficial: “En Tailandia y Australia, las motos eran prácticamente iguales. Ellos [Davies y Giugliano] prueban primero el material que llega nuevo y luego me lo pasan a mí. Pero las motos son muy similares, de hecho, me sacan 3 km/hora La diferencia está en las suspensiones, que yo utilizo unas italianas (Smuto) y ellos llevan Ohlins. Por ese lado no podemos compartir mucha información, pero, por el resto, estamos totalmente conectados”.
Esta es la cuarta temporada de Forés con Ducati, pero siente que prácticamente parte de cero: “Apenas pude probar las evoluciones que ha habido durante el invierno durante los dos días de test de Jerez. De la moto sólo cambia algunas cosas de electrónica, los escapes y demás, pero siempre tienes que ponerla a punto. Australia fue un desastre, Tailandia también y en Motorland fue cuando empezamos a trabajar en el ‘setting’, partiendo de una puesta a punto base”.
Un objetivo deseado sería ganar una carrera de SBK, un triunfo que reconoce que quizás en España no tendría demasiada repercusión: “Hoy por hoy, Holanda, Inglaterra, Italia siguen mucho SBK. Hacemos lleno allí en todas las carreras. Pero también me gustaría conseguir ganar en una carrera de casa. No sé si llegará este año, porque el nivel es muy alto y es mi primera temporada, me falta coger el ritmo a la categoría y coger ese chip que te haga verte entre los tres primeros. No es nada fácil: la llegada de Hayden lo demuestra. Es un campeonato en el que hay nivel, aunque alguna gente piense que no. Si algún día llegara, me gustaría que fuera en España, pero tendría más repercusión en otros países”.
