En una entrevista concedida a GPOne, Niccolò Antonelli habla tanto de su pasado como de su futuro, ahora en las filas de un equipo que por fin puede darle la estabilidad necesaria para llevarse el ansiado título o, al menos, luchar por él.
Hasta el momento la falta de regularidad (y el exceso de caídas) ha sido el talón de Aquiles del piloto italiano. La pasada temporada, por ejemplo, se llevó la victoria en el GP de Qatar pero no volvería a pisar el podio en toda la temporada. El propio Antonelli explica que “la rotura de clavícula no fue la única razón de mi mala segunda mitad de temporada, creo que una de las peores que he tenido en el mundial. También el haber cambiado de equipo hizo que la armonía en el seno del Ongetta-Rivacold se rompiese.”
Además del cambio de equipo, otro factor a tener en cuenta para el año que viene será que tras dos años sobre Honda el piloto de Cattolica pasará a pilotar una KTM, una moto a la que ya se subió en el 2014 pero que “es muy diferente, más de lo que recordaba.”
Sobre el futuro, Antonelli valora la posibilidad de subir en el 2018 a Moto2 aunque hasta mediada la temporada no empezará las negociaciones con el equipo. Es lógico pensar que él también tendrá que demostrar con resultados la posibilidad de salto de categoría. Está en una estructura propicia para ello, pues el Ajo Motorsport cuenta con estructura en la categoría intermedia, pero también con dos buenos pilotos como Brad Binder (debutante y actual poseedor del título de Moto3) así como Miguel Oliveira, subcampeón de Moto3 y con un rendimiento muy destacado en 2015, su año de debut.
