Joan Barreda empezaba el Dakar 2018 tocado de su muñeca, aunque eso no le impidió estar delante en las primeras etapas. Sin embargo, en la primera parte de la etapa maratón y a pesar de hacerse con la victoria, sufría una fuerte caída durante la etapa 7 en la que se hacía daño en los ligamentos de la rodilla. Esto condicionaría su físico para los siguientes días.
La conducción con su maltrecha rodilla cargó más todavía su muñeca. Y ayer, durante la décima etapa además de perderse y ceder más de 40 minutos, volvía a tener una fuerte caída llegando casi como un púgil de boxeo al que acabasen de noquear al final de la etapa. Su mirada aparecía perdida, poniendo en dudas incluso que llegase a salir a la etapa de hoy.
Finalmente sí tomaría parte pero en sólo 50 km ya acumulaba un retraso de más de seis minutos. Después de dar la alarma en su iritrack, Joan Barreda tomó el camino directo hacia el vivac de Fiambalá para poder ser atendido por los médicos, diciendo así adiós a una nueva posibilidad.