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Crivillé, Assen y un sábado de junio que cambiaron la historia

Fotos: Repsol Media
Se cumplen exactamente 25 años desde que la historia de nuestro motociclismo cambió para siempre. Aquel 27 de junio de 1992 supuso un antes y un después. La victoria de Álex Crivillé en el GP de Holanda era la primera de un español en la categoría reina, la única que hasta entonces se nos había resistido. Desde aquel momento nada volvió a ser como antes.

Quizá los más jóvenes piensen que ver a un español en lo más alto del podio de MotoGP es algo habitual. No hay más que ver las estadísticas de los últimos 15 años para darse cuenta que los españoles son referencia en la categoría reina. Pero no siempre fue así, durante muchos años los españoles miraban con envidia a ingleses, estadounidenses y australianos y, en definitiva, a todos aquellos que dominaban la categoría de 500 c.c..

Desde que arrancó el Mundial de Motociclismo en 1949 hasta el primer título de un piloto español, Ángel Nieto, tuvieron que pasar dos décadas. Gracias al éxito de Nieto los españoles empezaban a sumar victorias de manera asidua, pero en las categorías “pequeñas”. En 250 el recordado Santiago Herrero sumó 4 victorias en 250, estuvo a punto de lograr el título en el ’69 y nos dejó después de aquel accidente en la Isla de Man. Tuvieron que pasar casi otros 20 años, hasta 1988 para ver a un español coronarse Campeón del Mundo de 250, la categoría intermedia. Además, entre medias, Víctor Palomo consiguió victorias en 750 e incluso ganó la Copa FIM de la especialidad antes de convertirse en Mundial.

Antes de Assen '92, la gloria sólo llegaba de categorías OTAN, la Unión Europea y España volvió a abrirse al mundo. En esas estábamos cuando Joan Garriga y Sito Pons empezaron a flirtear con el medio litro. Dos de los pilotos con más talento de esa generación se subieron a las brutales 500 al inicio de la década para dar un paso atrás al 250, conseguir el título y volver a intentarlo en 500 a finales de los ’80 y principios de los ’90.

Sin embargo, las cosas no eran fáciles. Seguía siendo imprescindible tener moto oficial y no sólo eso, si no que los neumáticos no eran iguales para todos. Pero no que no fueran iguales para toda la parrilla, significaba que los propios fabricantes suministraban uno u otro neumático en función del piloto, los A para unos, B para otros, C… Aún así, Sito y Joan lograron dejarse ver. Por desgracia y diferentes motivos ni uno ni otro lo consiguieron, pero una vez Sito colgó el mono contó con un jovencito llamado Álex Crivillé para que pilotase “su” NSR 500.

“Crivi” contaba con un Mundial en 125, el que logró en 1989 en 125 con la mítica JJ-Cobas. Después saltó a 250 primero con Yamaha y luego volviendo a chasis Cobas y motor Honda, pero los resultados no llegaban. Precisamente el día que Sito estuvo a punto de perder la vida en Yugoslavia, Crivillé se vio involucrado en uno de los accidentes más recordados, el que acabó con la carrera de Reinhold Roth quien a día de hoy sigue sufriendo las graves consecuencias del mismo. Ese día, antes del accidente, Crivi estaba haciendo una de sus mejores carreras en 250 pero ese era su bagaje en el cuarto de litro. Aún así, Sito y Campsa apostaron por él.

En la primera carrera, Suzuka, las cosas no fueron bien y salió allí con cero puntos. En Australia, un pasito adelante y la séptima posición. Pero en la tercera ya hizo historia y apuntó dónde quería llegar. Malasia, circuito de Shah Alam, domingo 19 de abril. Doohan ganaba la carrera, con Wayne Rainey segundo y el “nen de Seva” en tercera posición. Nunca antes un español había subido al podio de 500 y Álex lo lograba en su tercera carrera en 500, la cosa pintaba bien…

La parrilla de 500 estaba llena de

En ese momento el liderato de la carrera pasa a manos de Barros que no sabe mantener la distancia en solitario y es alcanzado por un Joan Garriga soberbio y un Crivillé que seguía al malogrado piloto catalán. Tres vueltas más tarde del accidente, el grupo era de tres y aún quedaba la mitad de la carrera. Por detrás de ellos llegaba un encendido Kocinski que no tardó tampoco en contactar con el trío de cabeza.

Con ocho para el final, el bueno de Garriga se va largo y sin salir de pista pierde contacto con los, por entonces, tres jovenzuelos. Lejos de rendirse, Joan vuelve a engancharse a ellos y la lucha por el podio vuelve a ser de cuatro.

En el último cuarto de carrera (las últimas cinco vueltas), los adelantamientos se suceden, la emoción está en todo lo alto y media España enganchada a la transmisión en directo que desde Assen llevaba a cabo TVE con Valentín Requena y Ángel Nieto en la cabina. Todos los aficionados españoles, independientemente de la edad, teníamos el corazón en un puño. Nunca antes uno de los nuestros había luchado por la victoria y aquel 27 de junio ¡¡¡teníamos a dos españoles luchando por ella!!!

Garriga luchó con Crivillé en Assenaquí encontraréis la carrera íntegra.

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