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MotoGP Catalunya 2014: 1994, la última carrera en 500 de Juan López Mella

Fotos: SMN
Este año se cumplen 20 de la que fue la última carrera del gallego en la categoría reina, uno de los privados con más talento del principio de los 90. Fue en el entonces nuevo Circuit de Catalunya y lo hizo ni más ni menos que a los mandos de la Suzuki RGV 500. El resultado no fue bueno y Mella nos dejó unos meses después.

El Mundial de Motociclismo ha visto muchos pilotos con pocos medios que han puesto lo que tenían y lo que no para tomar parte en sus carreras. Este es el caso del malogrado Juan López Mella, el que para muchos es el mejor piloto gallego de la historia del motociclismo.

Mella, que nació en 1966, como tantos otros, comenzó a corren en motocross para luego dar el salto a las diferentes copas de promoción que en la década de los ’70 y los ’80 hubo en España. A base de esfuerzo, “Juanito”, como le llamaban y siguen llamando cariñosamente sus amigos cuando hablan de él, se fue labrando una reputación de gran piloto, compensando con talento y entrega la falta de medios. Primero el Campeonato de España, después el de Europa y luego el Mundial. A finales de los ’80 Mella ya había participado en el Mundial tanto de 250 como de 500 y probó suerte en el recién creado Campeonato del Mundo de Superbikes. Los resultados no estaban nada mal y entonces llegó el momento de volver a probar suerte en la categoría reina.

Juan López Mella estuvo compitiendo en SBK antes volver a 500En 1993, con una Yamaha ROC del ’92 con la que había tomado parte en algunas carreras el año anterior, Mella causó sensación. Aquel equipo, del que formaban parte como técnicos Pedro Parajuá y Toni García, entre otros, consiguieron sacar todo el partido a la carreras cliente y los resultados fueron más que alentadores. Un total de 46 puntos sumados, con resultados como los dos séptimos puestos de Montmeló y Donington. Esto le hizo terminar en el puesto número 12 y con buenas sensaciones para 1994.

Sin embargo la temporada de 1994 fue un auténtico desastre. En los entrenamientos IRTA de Jerez, una caída hizo que su Yamaha ROC se viera resentida. A partir de ese momento la moto no volvió a ir bien hasta otra caída, cuando impactó de frente contra uno de los muros de Laguna Seca y Harris se hizo cargo de la reparación, que costó al equipo 100.000 pesetas de la época. La moto ya iba bien, pero López Mella se había hecho daño en el brazo, una lesión que días después y antes de embarcar a Argentia volvió a resentirse mientras conducía rumbo al aeropuerto. Obviamente Mella no corrió aquella carrera y solamente quedaba una prueba del Mundial 1994, que se disputaría en Montmeló para cerrar la temporada.

El destino, la suerte o las gestiones realizadas por Pedro Parajuá y su equipo, hicieron que Juan se pudiera subir a la Suzuki de Kevin Schwantz, la moto del vigente Campeón del Mundo, que arrastraba una lesión que un año más tarde pondría fin a su carrera deportiva. Mella, recuperado del brazo, se subió a la RGV con ganas de comerse el mundo, sabía que la oportunidad de su vida estaba delante suya. Un buen resultado ese fin de semana podría cambiar para siempre su carrera deportiva.

Subirse a la moto del Campeón del Mundo, un sueño que no acabó como se esperaba

Sin embargo el fin de semana fue de los más complicados del año y a pesar de estar en uno de los circuitos en los que había dejado su firma en 1993, con una moto mejor sobre el papel Juan no pudo sacar todo su talento a relucir. Muchos problemas desde el primer día le hicieron clasificar para parrilla 18. A base de talento y ganas cruzó meta en el puesto 13. Nadie podía imaginar en ese momento que uno de los pilotos privados con más talento había terminado su última carrera de 500.

Para 1995 López Mella decidió abandonar 500 y probar suerte en Thunderbikes de la mano de Toni Arbizu. Todo parecía estar en su sitio y en la carrera de Jerez terminó cuarto. Días después el gallego sufría un accidente de tráfico cuando su equipo lo esperaba para entrenar en Calafat. Como consecuencia del mismo Juan López Mella perdía la vida y con el se iba el mejor piloto que Galicia ha tenido hasta el momento.

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