Extraña hazaña la que ha logrado el fontanero Colin Furze. Este nombre seguramente no te sonará de nada, pero ostenta más de un récord del mundo. El último, el de construir la motocicleta más larga de la historia, con una longitud de 22 metros, y hacerla funcionar. A sus 31 años, ha pulverizado el anterior récord, que ya estaba en su poder, y que se logró con una moto de 14 metros de largo.
Lo más sorprendente de la hazaña es que Furze ha logrado hacer funcionar este “vehículo” y alcanzar con él una velocidad de más de 56 kilómetros por hora. Para homologar el récord, el vehículo debía recorrer una distancia de más de 100 metros, aunque sorprendentemente Furze logró llevar su moto más allá de un kilómetro y medio. Posteriormente, mostró que el vehículo es capaz de subir a 25 personas. En parado, porque era demasiado peso para tan poca estructura.
Eso sí, este fontanero británico ha reconocido que el hito no fue tarea fácil. Y no hablamos de la fabricación, que implicó dividir la moto en dos partes y unirlas con distintos materiales, sino que lo más difícil fue conducir el vehículo. Según Furze, tiene una dirección muy rígida y va a ser imposible sacarla a carretera. Nos lo creemos.
La faceta excéntrica del fontanero inglés no termina con este récord. Actualmente, posee otro reconocido. Podéis ver de qué se trata en este vídeo:
