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Umbría: El retiro espiritual (IX)

Fotos: A.G.
Adolfo Gálvez
Vamos bajando hacia Roma, el final del viaje está cerca, pero aún quedan un par de lugares que visitar antes de ir en busca del barco que nos lleve de vuelta a casa. Las tres últimas etapas han ido muy encadenadas y, la verdad, anhelo una jordana corta y relajante.

Desayuno en Urbino, almuerzo en Gubbio y cena en Asís es el plan de hoy, con mucho tiempo para patear y visitar pero también con un tramo de muchas curvas para volver a comprobar que la Explorer XC es capaz de dar muchas alegrías. Se antoja el plan perfecto antes de que la capital nos estrese con su tráfico y su ajetreada agenda.

Si como a mí, os gustan las ciudades medievales, será en la de hoy en la etapa que más disfrutareis. La vista desde el valle de Urbino es parecida a la de Dorothy mirando el castillo en el Mago de Oz, ubicada en una elevadísima colina no tiene propiamente un casco histórico sino parece que su evolución se detuvo en 1500. Todo en ella parece traído de ese tiempo, las empinadas cuestas, las estrechas calles entre elevados edificios, construcciones de piedra donde el ladrillo no tiene lugar y todo en un excelente estado de conservación. De los pocos lugares en Italia donde el Palacio Ducal roba protagonismo al Duomo y es que en él se aloja la Galería Nacional de la región de Marcas, orgullo de la provincia. El gran pintor renacentista Rafael era de aquí, aunque aquí nació también un tal Valentino Rossi.

Dejamos atrás la región de Marcas, que tantas alegrías nos dio en los últimos días para adentrarnos en la espiritual Umbría, hogar de San Francisco. Las dos provincias son una delicia para rodar en moto, siempre por carreteras secundarías y alejado de grandes urbes. Se rueda por valles rodeados de colinas, no son muy elevadas pero sí tremendamente escarpadas dando la sensación en todo momento de estar rodeado, casi cubierto por montañas como si circularas por la hoz de un rio.

Gubbio es mucho más turística que Urbino, pero nunca tanto como Verona, Génova o Milan. Esto permite una visita tranquila que a veces se echa de menos en la turística Italia. Es tan escarpado que en su centro histórico han colocado ascensores que unen las diferentes “plantas” de la ciudad, pese a esto debéis estar en forma para realizar la visita y os aseguro que merece la pena. Para recuperar fuerzas, nada como tomar algo dentro de la ciudad a los pies del Río Camignano que la cruza entre edificios de piedra. Como curiosidad deciros que es uno de los centros de reconocido prestigio en la elaboración de platos con trufas de toda Italia, así que si os lo podéis permitir …

Poco que contar pero mucho que disfrutar en el trayecto de Gubbio a Asís. Subidas, bajadas, curvas y vuelta a empezar en un tramo verde con excelentes vistas verdes. El último tramo antes de la llegada a Asís el asfalto empeora bastante pero en estos casos la Explorer saca lo mejor de sí.

Asís es la ciudad de nacimiento y muerte de San Francisco. Lugar de retiro espiritual y católico de muchos italianos, que con el nombramiento del nuevo papa Francisco, se ha convertido en centro de peregrinación casi universal. Tanto es así, que el día de mi visita las calles de la villa medieval que fue parecían más bien el centro de Tokio, uno no puede quejarse de los visitantes ni de los motivos de su visita porque no deja de ser un visitante más, pero lo cierto es que en algunos momentos fue bastante agobiante.

La visita a Asís puede ser tan densa como tu afición a la arquitectura eclesiástica te permita. Hay cuatro basílicas: San Rufino, Santa Clara, San Francisco y Santa María de los Ángeles. La más particular, de esta visita y de toda Italia, es la de San Francisco. Se dispone en dos alturas como si de dos iglesias diferentes se tratara, no están conectadas entre sí. La mayor es más imponente, con frescos de Giotto representando episodios de la vida del santo. La menor es íntima y sencilla, da paso al lugar donde se encuentran sus restos. La más imponente, nuevamente de esta visita y de casi de toda Italia, es la de Santa María de los Ángeles. La basílica es una de las 10 más grandes de toda la cristiandad, a su vez acoge dentro de ella la pequeña iglesia de Porciúncula donde San Francisco encontró su particular camino de pobreza dentro del cristianismo.

La etapa de hoy ha cumplido con lo que prometía, buenas curvas y visitas a lugares de retiro. Aunque no se recorren muchos kilómetros en moto y si se recorre mucho a pie, no dejaría de realizar la ruta de hoy si visitáis este país. A mí me proporcionó un merecido descanso antes de enfrentarnos a la ciudad eterna, Roma.

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