Quizá, la marca Orcal no os suene mucho. Es francesa y está afincada en Marsella desde el año 2013, momento de su nacimiento. Pertenece al Grupo Benelli-Keway, y la Orcal SK03 es su apuesta naked sport, al menos desde un punto de vista estético, ya que es un fabricante que cuenta en su catálogo principalmente con motos de estilo retro (Orcal Astor, Sprint y Sirio). Todas ellas de 125 cc y caracterizadas por sus llamativos diseños y contenidos precios.
Está claro que la SK03 es la punta de lanza de la marca Orcal por su mayor cilindrada, una moto bien lograda. La SK03 se desdobla en una versión de 125 cc, la Orcal SK01 125, que es gemela de nuestra protagonista, y de la que sólo se diferencia por el diámetro de la corona de la transmisión secundaria y el nombre adherido a las piezas laterales de la carrocería.
Teniendo en cuenta las características técnicas, el segmento y el precio de la Orcal SK03, podríamos encontrar en las Zontes R310 y Benelli 302S a sus máximas rivales. Ahora bien, la moto de la firma China es 300 € más cara, pero también es 6 CV más potente según las cifras declaradas. Mientras, la italiana cuesta 200 € más y declara 10 CV más. 38 CV de potencia máxima en concreto. Unos datos que puede decantar la balanza a su favor de nuestra protagonista, o no, dependiendo de la importancia que des a las prestaciones. Son tres motos, que sin duda, se prestan para una futura e interesante comparativa entre naked actuales, modernas y de ajustado precio.
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CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO
Nos encontramos ante una moto visualmente muy atractiva, pero al mismo tiempo sencilla en su construcción. No obstante, tiene algunas características técnicas diferenciadoras, y que le confieren una personalidad propia. El bastidor es un multitubular de acero, al igual que el basculante (no es la única moto del mercado en adoptar un basculante de este tipo, aunque no es lo habitual).
La parte frontal se apoya en una horquilla invertida de 37 mm de diámetro (no es regulable) que aporta rigidez y aplomo al conjunto, mientras que detrás el sencillo amortiguador es ajustable en precarga de muelle solamente. La frenada se confía a un único disco delantero de 300 mm mordido por una pinza radial de dos pistones paralelos y un disco trasero de 240 mm con pinza de simple pistón, que ofrece un buen comportamiento y es muy útil al rodar en ambiente urbano y entre el tráfico para controlar la moto a baja velocidad.
El propulsor es un monocilíndrico de 4T, 4 válvulas y doble árbol de levas con refrigeración líquida. Es algo ruidoso, y las vibraciones que transmite al conductor aumentan exponencialmente a medida que aumenta el rango de revoluciones. Sus 28 CV de potencia máxima rinden lo suficiente para efectuar una conducción desahogada, y en autopista, por ejemplo, te mantiene ligeramente por encima de la velocidad máxima permitida según el velocímetro. Destaca positivamente el tacto del acelerador, algo en lo que tiene mucho que ver la adopción de una inyección firmada por Bosch. Su caja de cambios de seis velocidades está bien escalonada para aprovechar todo lo posible las prestaciones del monocilíndrico. El accionamiento es suave, pero el recorrido de la palanca es excesivo y las velocidades no entran normalmente al primer intento a partir de la tercera marcha. Un rasgo que, probablemente, sea puntual, y le ha tocado a la unidad de pruebas.
La Orcal SK03 tiene radio FM. Sí, has oído bien, la incorpora sobre el depósito de gasolina que augura una buena autonomía con sus 15,5 litros de capacidad. La calidad del sonido es discreta, pero circulando a baja velocidad, en ambiente urbano o en carretera paseando, puede ofrecer la función de entretenimiento para la que se ha debido instalar. La instrumentación digital es bastante completa: nivel de combustible, indicador de marchas, cuenta revoluciones, velocímetro, odómetro total y parcial, etc.
EN MARCHA
La Orcal SK03 sorprende muy positivamente por la sensación de ligereza que desprende, especialmente en maniobras en parado y a baja velocidad. Su peso, de 163 kg declarados, están muy bien distribuidos y es por ello que no intimida en absoluto. Además, tiene un radio de giro de manillar muy amplio, lo que te evita un montón de maniobras. Ideal para conductores noveles o expertos. También es bastante accesible, y con sus 810 mm de altura de asiento al suelo, unido a las formas ergonómicas de este, te permiten llegar perfectamente con los dos pies al suelo mientras no seas muy bajito. Su mullido es muy acertado, y aparenta un buen nivel de terminación y resistencia frente al uso y las inclemencias meteorológicas.
Eso sí, el diseño del asiento en una sola pieza es de dos alturas muy pronunciadas, y te obliga a tener cuidado para no impactar tu rodilla con las asas del pasajero a la hora de subirte a la moto. Aparte, el ocupante circula en una clara segunda altura, carece de mucho espacio para sentarse, y queda poco o nada protegido por el conductor del viento a la altura del casco. Sus estribos no tienen gomas que filtren las vibraciones, y en consecuencia, las percibe claramente en los pies.
Iniciada la marcha se observa bien lo que ocurre a nuestras espaldas a través de los espejos retrovisores, y la posición de conducción es realmente natural. Muy acertada y en concordancia con el espíritu polivalente del modelo. El embrague ofrece un buen tacto. Es preciso y dosificable, por lo que las arrancadas desde parado son muy sencillas, aunque como ya hemos comentado antes, el funcionamiento de la caja de cambios no es de lo mejor.
En ciudad se desenvuelve como pez en el agua. La limitada potencia de frenado no es un hándicap, y mientras el asfalto esté en un estado aceptable las suspensiones filtran bien las irregularidades. Sobre terrenos rizados o baches la cosa cambia, y los reglajes hidráulicos no son capaces de absorberlos eficazmente. El resultado son molestos rebotes delante y detrás. Más incómodos son los del monoamortiguador, puesto que terminan repercutiendo sobre la espalda.
Saliendo a carretera abierta y autopista, la Orcal SK03 se siente cómoda rodando entre los 90 y 110 km/h. Puede ir bastante más allá, pero eso implica revolucionar el motor, y a partir de 7.000 rpm y hasta el corte a 10.000 rpm, las vibraciones son más notorias. Además, la protección aerodinámica es inexistente en tronco y cabeza, por lo que terminas reduciendo el ritmo salvo que tengas prisa, o estés en modo “diversión”. En esta situación puedes disfrutar de un motor elástico con buenos bajos y medios, si bien la estirada final está algo descafeinada.
Por su parte, el bastidor ofrece buena estabilidad en estos ambientes, fuera de los núcleos de población, y te permite trazar las curvas con seguridad y elevada sensación de estabilidad. Las suspensiones se perciben duras, como en ciudad, pero aquí influyen menos porque autovías y carreteras generales suelen estar menos rotas. En zonas rápidas o lentas, o abordando una rotonda o una intersección, el tren delantero no es particularmente sensible, pero tampoco te deja completamente expuesto a sus caprichos.
Además, la Orcal SK03 juega con la baza de montar de serie neumáticos Metzeler Sportec M5, toda una garantía en términos de adherencia con el suelo frio. Por el contrario, lo que sí echamos de menos es potencia de frenada. El mordiente es escaso y el tacto moderado cuando se trata de frenar fuerte. Eso sí, puedes echar mano de una brusca presión sobre la maneta derecha sin miedo en caso necesario, pues el ABS ofrece un comportamiento notable.
