Un scooter ligero y básico, muy manejable y con ruedas de 16 pulgadas. Así, llama la atención de un público que busca un scooter de rueda alta y económico. Ese es el hueco que desde hace tiempo llena el Agility City en la gama Kymco: un rueda alta más barato que el People GTi, mas equipado y lujoso. El Agility City es un scooter con unéxito indiscutible desde su aparición, allá por 2008. En su diseño de partió del Agility normal, un scooter básico que no alcanzó las cotas de ventas de este City, pero que sirvió para ceder parte del chasis, aunque muy modificado para adaptar la nueva medida de ruedas y el motor, con una nueva carrocería, algo más sofisticada que la de aquel Agility estándar. Se configuró así un interesante rueda alta, muy acertado en precio y planteamiento, con un comportamiento sano y fácil y un nivel de equipamiento aceptable. De ahí sus buenas cifras de ventas.
Nace en Italia, como casi todos los rueda alta, ya que si Italia es el mercado de scooters mas grande del mundo, Roma es casi la mitad del mercado italiano y para circular por la Ciudad de los Cesares, llena de adoquines y con los mejores y mas grandes baches de Europa, los rueda alta son lo mas eficaz. Desarrollado por tanto para este mercado, los hombres de Kymco pensaron que el conjunto resultante podía tener éxito en otros rincones de Europa. Y desde luego, acertaron.
El motor es un monocilíndrico refrigerado por aire forzado, de *9.3 CV, duro y fiable y de prestaciones suficientes para moverse por ciudad. Monta carburador electrónico, lo que le permite superar la Euro III sin encarecer el precio final. También al no tener inyección puede tener pata de arranque, para el día que falla la electrónica. Suelo plano y gancho para bolsas, como debe ser en un scooter cuya utilidad va a ser su mejor arma, tiene una pequeña guantera que cierra con llave y dentro de ella un enchufe de 12V. El cuadro, justito y de buena lectura tiene un diseño agradable y por encima de él hay una pequeña cúpula que le da un cierto aire deportivo. El asiento se abre desde un lado del cofre y bajo él hay hueco para un casco jet y el acceso al tapón de gasolina. En cuanto a carga, el City aprueba. No en vano trae de serie un cofre del mismo color de la carrocería y ahí sí que cabe un casco integral. Fabricado por Shad, es un cofre de calidad cuya cerradura es la misma que la del contacto y el asiento.
Tiene otros detalles muy originales, como por ejemplo los salientes atornillados a los lados que sirven para ensanchar un poco la zona de reposapiés del pasajero y al tiempo valen de “parachoques lateral” del scooter: En caídas leves, el scooter se apoya ahí, sin arañar el resto y esta pieza puede cambiarse fácilmente y con un coste mínimo. El resto de la carrocería esta bien pensado, y así, la parte mas expuesta de la misma esta hecha en plástico mate, sin pintar, con más aguante frente a roces o pequeños golpes.
A la hora de aparcarla puedes elegir entre pata lateral y caballete. La primera es de las de muelle, o sea, que hay que tener cuidado, por que si se te va para delante… al suelo y a probar lo que te decía sobre lo bien protegida que esta. Frenos, suspensiones, ruedas y demás equipamiento están en línea con el resto de la moto, y así, con componentes que cumplen con su cometido pero de coste contenido se ha conseguido un Agility City de buen precio y buen funcionamiento.
En marcha: ágilmente ciudadana
El Agility City es un scooter ciudadano. La rueda alta le da, además, un plus de estabilidad y una mayor capacidad de rodar aceptablemente sobre asfalto muy bacheado. Estas llantas de 16” sin embargo no han perjudicado la altura del asiento y no supone un problema para nadie el llegar bien con ambos pies al suelo. De hecho, una vez con la moto en marcha, la altura del asiento a la plataforma es menor que en otros scooters de la categoría y vas con las rodillas algo más encogidas. No es incómodo, ya que hay scooters normales con bastante menos sitio, pero sí peculiar. La plataforma, además es larga y tienes sitio para elegir dónde poner los pies.
En marcha, el motor no es ningún prodigio en potencia, cosa que tampoco pretende. Las suspensiones están taradas un poco más duras de lo que se estila en este tipo de scooters, lo que le da buen aplomo en cuanto coges velocidad. La dirección gira mucho, por lo que en ciudad es verdaderamente “ratonera”. Frenos con muy buen tacto detienen la moto sin necesidad de mucho esfuerzo.
En carretera abierta hay que llevarlo a tope, con una velocidad punta que pasa de los 100 km/h de marcador por poco. Es estable y la carrocería protege bien las piernas de las inclemencias del invierno, mientras que la cúpula algo desvía el aire del cuerpo, pero desde luego su función es mas estética que real. Pero el campo en el que el Kymco “juega en casa” es en la ciudad. Ágil, estrecho, con buen par y protegido contra pequeños golpes. Difícilmente se puede pedir más.
Valoración final
No es, seguramente, el scooter más “fashion” del mercado. Pero tampoco es feo. No es el más rápido en la carretera, pero sí uno de los más ágiles dentro del atasco de la ciudad. Y no tiene equipamientos espectaculares ni gadgets tecnológicos dignos del siglo XXI. Pero vale menos de 2.000 €, es duro y fiable y lo ha demostrado en los años que lleva siendo uno de los scooters más vendidos de nuestro mercado. Y este éxito viene dado por que es, en el fondo, lo que ante todo debe ser un scooter: útil, fácil y práctico.
Por 1.849 €, si tienes claro que vas a moverte principalmente por ciudad, el Agility City es una gran opción. Económico de comprar y mantener, muy duro y fiable, ágil como pocos y muy conocido. Normal que se hayan vendido tantos en 2013.
Lo mejor
- Precio
- Agilidad
- Cofre trasero de serie
Mejoraríamos
- Prestaciones en carretera
- Pata lateral de muelle