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Seis en una

Fotos: SMN
A veces, te topas con algo único, una de esas cosas que sólo se ven una vez en la vida. Con motivo del II Jarama Vintage Festival, una MV Agusta 350 seis cilindros de GP completó la espectacular representación de la firma de Varese. Una obra de arte.

El nombre MV Agusta es sinónimo de competición, de éxito y de historia. Me refiero a la verdadera MV, la que cerró a principio de los ’80 poco después de que falleciera el Conde, no a la renacida de 1997; éstas últimas son “de mentira”. Contemplar cualquier creación original rojiplata fabricada por Meccanica Verghera bajo la estricta supervisión de Domenico Agusta exige grandes dosis de romanticismo y cultura motorista: 38 mundiales en 4 categorías durante 22 años y 17 títulos consecutivos de 500 cc merecen un respeto.

En 2004 flipé con la primera MV que vi en directo, una de las últimas 500 de GP que Giacomo Agostini paseó en una exhibición por las calles de Salamanca. Su sonido fue y sigue siendo indescriptible, y eso que no se trataba de la tricilíndrica. Solamente la Honda RC 166 250/6 de Mike “The Bike” sería capaz de ponerla en entredicho.

En el pasado Jarama Vintage Festival se expuso una joya que casi pasó desapercibida para muchos, pues para mi asombro, no llegó a arrancarse. Un modelo único en su especie, pues MV sólo fabricó una. Me refiero a la MV Agusta 350/6 de 1969, la última “six” de carreras. Sus seis megáfonos y el dorsal azul la delataban. Realmente, MV fabricó dos, pero la anterior cubicaba 500 cc y fue descartada en 1957, también como la 350, nada más nacer.

Jarama Vintage Festival 2012: tapón de gasolina MV Agusta

Babeando frente a la 350/6 no dejé de sorprenderme por su contenido tamaño y la compacidad de su bloque de seis cilindros en línea. Realmente, parece tan ligera como sus 125 kg en vacío reales. Un motor de 4 válvulas por cilindro con 72 CV que estiraba hasta las 16.000 rpm y alcanzaba 250 km/h debía haber disputado el mundial, pero sólo se dejó ver en algunos entrenamientos del ’69. ¿La razón? Aunque a mí me guste mucho, la 350/6 era cara de mantener, tenía una puesta a punto complicada (a ver quién era el guapo que sincronizaba 6 cilindros y 6 carburadores), llegó tarde y en 1970 cambió el reglamento (se prohibieron los motores de 350 cc con más de 4 cilindros).

MV ya usaba su magnífica 350/3 más pequeña, ligera y competitiva y, para más inri, la archirrival Honda se había retirado de la competición en 1967 tras el título de Hailwood. Ya no tenía sentido continuar con el sixdesarrollo, pues la paupérrima competencia pasaba por las monocilíndricas inglesas y constructores privados, vamos, un paseo triunfal para la marca de Varese, única oficial presente.

Está claro que los malditos reglamentos condicionan, y los cambios a favor de unos y en contra de otros se han dado varias veces a lo largo de la historia del motociclismo. Quizá, un reglamento menos restrictivo que en la actual MotoGP daría luz a una pluralidad de máquinas de ensueño con las que ganar vistosidad, pero, todos sabemos que la contención de costes es la máxima premisa actual. Entonces, ¿por qué no una copa monomarca y terminamos antes?

¡Gloria a MV Agusta!

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