En estos aciagos días que nos está tocando vivir, el que más o el que menos se habrá visto afectado por las dramáticas consecuencias que esta terrible pandemia nos está dejando, tanto en el aspecto humano como en el económico. En el primer caso el daño ya es irreparable para todos los que hayan perdido a un ser querido, el otro es dinero y este compañero infiel, viene y va.
Si hay algo que tengo claro, es que de esta situación tan desastrosa saldremos, y lo haremos no gracias a los políticos, no. Seremos nosotros, el pueblo, los que con nuestro esfuerzo y nuestra alegría de vivir tiraremos adelante. Es el mejor homenaje que podemos hacerles a los que nos han dejado. Una generación irrepetible, comprometida, que supo cerrar viejas heridas y echarse a la espalda los problemas para sacar adelante a nuestro país.
Por esta convicción, acepté la propuesta de colaboración que me hizo mi colega Fran Pardo, creador del grupo de Facebook que da nombre a la columna de este mes: quédate y viaja por España en moto. Básicamente se trata de fomentar el turismo interno en los duros meses que se nos avecinan. Siempre por supuesto en la medida que cada uno de nosotros pueda.
La idea no es más que la de echar una mano al que tienes al lado. De poner en marcha la rueda haciendo rodar las nuestras. Y no es necesario para ello que tengas que hacer un mega viaje de un mes y con un presupuesto elevado. Simplemente con el hecho de salir por tu provincia ya estás colaborando en reactivar la economía local. Como decía la canción; “la arena es un puñadito, pero hay montañas de arena”.
Evidentemente, las prioridades de todos son mantener a nuestras familias y sacar adelante a nuestras empresas, pero si podemos disponer de cuatro duros para gastárnoslos, hagámoslo «en casa”. Muchas veces, yo me incluyo, nos hemos dejado obnubilar por las grandes expediciones allende nuestras fronteras, y una de las cosas que estamos pudiendo ver en este grupo, es la ingente y maravillosa variedad de rutas que se pueden hacer en España y nuestra querida vecina Portugal.
Tenemos un país increíble en su diversidad cultural y geográfica. Una gastronomía y una hostelería que es la envidia del mundo. Y lo más importante, estamos nosotros, que somos el mayor valor añadido de nuestra patria. Si necesitas un aliciente para salir y no tienes preparado ningún destino, puedes optar por el viejo truco de planificar tus vacaciones acudiendo a alguna de las muchas concentraciones de motos que se hacen en todo el territorio. Es una forma de alternar la ruta en solitario con la reunión con cientos de motoristas.
Simplemente con el hecho de salir por tu provincia ya estás colaborando en reactivar la economía local.
Incluso si me apuras, te puedes apuntar en el Campeonato de España de Turismo que organiza la RFME. Esta es una forma de recorrer muchos de los rincones de España, con un coste mesurado y que además aporta el aliciente de la competición. Si hay algo que nos debería enseñar esta situación es que el tiempo es lo único que nunca podremos recuperar y hay que aprovecharlo al máximo. ¿Cuántas veces hablamos con amigos y decimos “a ver si nos vemos”, y luego pasan años sin hacerlo? Pongámosle fecha a las cosas y cumplámosla.
Otro asunto que es importante tratar es el del mantenimiento de nuestra moto. Por un lado, llevan al menos un par de meses en el garaje y no debemos, a pesar de las ganas, montarnos en ellas sin más. Una revisión de niveles, presión de neumáticos, tensado de cadena si la tiene, y una carga de batería, son tareas que no podemos pasar por alto. Especial cuidado con los neumáticos, ya que al haber pasado tanto tiempo paradas, si no has podido miras las presiones, estos pueden haberse deformado. Mucho ojo con esto.
Hay miles de carreteras y caminos esperándonos. Pueblos y comarcas que nos recibirán con los brazos abiertos para ofrecernos lo mejor de ellos mismos. Un gran viaje no se mide por la cantidad de kilómetros realizados, sino por la calidad de estos. El tiempo que pasas sobre tu moto. Cuando veas a un paisano por una carretera perdida, para un momento y salúdale, charla un rato con él. Posiblemente lleve un día entero sin hablar con nadie y te lo agradecerá. Y seguro que te pondrá contar algo que sea interesante para tu viaje y si no, pues has echado una parrafada con un buen hombre. Para en esos sitios en los que siempre has pensado que un día deberías parar. Respira, mira y vive.
Dedicado a la memoria de ellos, de todos ellos.
