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Repsol se prepara para fabricar gasolina sin petróleo

Abrirá una nueva planta de biocombustible
Fotos: Repsol/ José Martín Ramírez Carrasco
La petrolera española ultima los detalles para tener operativa para el primer semestre de 2023 una nueva planta de refinamiento. No será un combustible sintético sino que se trata de biocombustible. Tampoco será neutro en carbono.

La contaminación, así en términos generales, es el gran problema que plantea la automoción. Además, aquellos vehículos que usan derivados del petróleo generan aun más que, por ejemplo, los eléctricos. Por ello las compañías petroleras se afanan por ofrecer nuevos productos, en un momento en el que la sociedad no las ve con buenos ojos, con unos beneficios en continuo aumento mientras las economías languidecen. Es otro de los grandes problemas del sistema energético actual, las grandes corporaciones mandan.

Pero lejos de meternos en cuestiones de estrategia económica, vamos a intentar dejar esa parte de lado para fijarnos en un proyecto que nos llama la atención. Ya sabemos que el plan de la Unión Europea para por la neutralidad de carbono, pero mientras conseguir reducir las emisiones todo lo que sea posible es urgente. Por eso es buena noticia que Repsol haya anunciado la creación de una nueva planta de refinado con la que espera producir 250.000 toneladas de biocombustible al año. Gracias a ello estiman que se podrán reducir 900.000 toneladas de emisiones de CO2 al año.

Eso será en una primera fase del proyecto, que se espera esté operativo en el primer semestre de 2023 y que tendrá su sede en Cartagena, en una ampliación de la refinería actual. Aun así, el plan es más ambicioso y esperan que para 2030 puedan estar produciendo dos millones de toneladas de biocombustible de baja huella de carbono al año, ahorrando más de siete millones de toneladas de CO2 en emisiones.

El proceso descarta el uso de petróleo y disminuye las emisiones de CO2

Según la información recogida por The Objetive, se producirán los siguientes derivados: biodiésel, biojet, bionafta y biopropano; que a su vez servirán para poder ser utilizados en vehículos, aviones, barcos o camiones. Para conseguir prescindir del petróleo serán, según Repsol, sostenibles al poder emplearse aceites derivados de diferentes tipos. Por un lado se podrán emplear los de residuos derivados de la industria, la agricultura o la poda además de cultivos no alimentarios. Este último punto es importante puesto que en ningún caso procederán de vegetales cuyos cultivos pudieran entrar en competencia con un cultivo alimentario.

En cuanto al proceso, antes de conseguir el producto definitivo barajaron diferentes materias primas que van desde resíduos sólidos urbanos, a telas, restos industriales…con los que se consigue el aceite que, tras pasar por la refinería terminan siendo gasóleo de origen vegetal. Comparado con el petróleo sintético, se espera que producido en grandes cantidades sea competitivo económicamente hablando, aunque no conseguirán ser neutros en emisiones de carbono. Se estima que gracias a estos nuevos carburantes se podrá reducir entre un 65 y un 85% la emisión neta de CO2 comparada con los carburantes a los que sustituyen.

Teniendo en cuenta todas estas cifras, si todos los combustibles consiguieran este éxito, quizás el futuro de la humanidad fuera algo diferente. En cualquier caso, hay que recordar que un porcentaje de los combustibles actuales en España, por ley, ya son biocombustible. Etanol en el caso concreto de la gasolina.

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