No solemos ver muchas Yamaha GTS1000 a la venta. Es por ello que hoy nos hacemos eco de este ejemplar que hemos conocido gracias a los compañeros de Bike Urious, y que actualmente busca nuevo hogar en la sección Marketplace de Facebook, aunque la moto está registrada en Egg Harbor Township, Nueva Jersey.
Según se detalla en el propio anuncio: “Esta es una motocicleta poco común. Tiene una suspensión delantera no convencional, inyección de combustible, frenos antibloqueo y un convertidor catalítico, todos los elementos mucho antes de tiempo. Tengo un título y una llave, recientemente le puse una batería con combustible nuevo y la moto arrancó bien al ralentí”.
Y continúa: “Hoy la llevé a un corto paseo. Todo funcionó como debería para una moto de 30 años. Sería un gran proyecto de moto. Definitivamente llama la atención. El precio puede subir cuando empiece a trabajar en él. Pon la moto en el caballete central y cambia las marchas. Embrague bien”.
Yamaha GTS1000: Un poco de historia
La venta de esta unidad en concreto nos anima además a relataros un poco la historia y características principales de la GTS1000. Diseñada por James Parker, que fallecía precisamente hace apenas un año, se mantuvo dentro de la oferta de la marca nipona desde 1993 hasta 1999.
Como ya os imaginaréis, lo que más llamaba la atención de la GTS1000 era el equipo de suspensión delantera que equipaba. Diseñado y desarrollado en la propia empresa de Parker, RADD (Rationally Advanced Design Development), este destacaba por separar los distintos elementos de la suspensión y la dirección.
Lo hacía incorporando un monobrazo anclado directamente al chasis y actuando sobre este un amortiguador. Como dato curioso, la GTS1000 solo equipaba un disco delantero de frenado, ya que no había posibilidad de instalar otro en el lateral donde trabajaba la suspensión.
Mecánicamente, adoptó el motor que equipaba la FZR1000 EXUP de la época, aunque limitado a solo 102 CV de potencia. Además, se convertía en el primer modelo de la marca en montar un catalizador en su sistema de escape. En la primera toma de contacto que realizaron en 1993 los compañeros de Cycle World, dijeron de ella:
“Rezuma clase y estilo, y con sus maletas rígidas opcionales, debería ser una sport-tourer consumada. Es necesario algo de tiempo para acostumbrarse a la parte delantera, pero parece funcionar bien y el motor es suave y capaz. Aparte de la suspensión del basculante delantero, el GTS no tiene nada de especial en todos los sentidos, excepto en el precio”.
Estas apreciaciones se vieron reflejadas en el número de ejemplares vendidos a lo largo de sus años de comercialización. La Yamaha GTS1000 fue un fracaso en estos términos y quizás, por eso hoy es una montura cada vez más apreciada por los seguidores de la marca y amantes de las Old School.
Por cierto, toda la información de la unidad en venta podéis consultarla aquí.