Aunque Reino Unido y la Unión Europea separaron sus caminos hace un par de años, y a pesar de que los británicos están ahora mismo sumidos en una crisis política que ha llevado a dimitir a Boris Johnson, siguen con sus planes de electrificación del país. Con la escalada de precios de la energía fósil en general y del petróleo en particular, los precios finales de la gasolina se han disparado en los surtidores y parece que esto ha hecho que los vehículos eléctricos estén recibiendo más atención. Una atención que llega por parte de los usuarios y, también, de las administraciones. Al fin y al cabo, a pesar del indecente incremento de la electricidad, el precio por kilómetro sigue siendo más barato que si hablamos de la gasolina.
Sea por este o por otro motivo, la realidad es que el gobierno del Reino Unido ha lanzado una encuesta pública en la que se pregunta sobre el fin de los vehículos de gasolina de la categoría L. Esta categoría va desde los ciclomotores hasta los cuadriciclos, pasando por las motos de cualquier cilindrada y con y sin sidecar. Es decir, la encuesta busca determinar si a partir de 2035 se podrán vender o no motos de combustión.
En este sentido, podríamos pensar que tampoco debería importar mucho lo que suceda en Reino Unido, pues está fuera de la Unión Europea. Pero eso sería un error y es que precisamente este movimiento de los británicos es una vuelta de tuerca más a la política de la Unión Europea. Recordemos que ya es oficial que a partir de 2035 no se podrán vender nuevos coches ni furgonetas con emisiones, pero las motos quedaban por ahora fuera de la ecuación.
Hay que matizar, además, que los textos del Parlamento Europeo eran solo un punto de partida, por lo que cualquier movimiento externo puede generar una ola que termine cambiando para siempre la industria de la moto tal como se conoce. Por ahora, eso sí, tendremos que esperar a ver qué sucede al otro lado del Canal de la Mancha, pues la encuesta estará abierta hasta el 21 de septiembre. A partir de entonces se analizarán los datos y se publicará, en un plazo máximo de tres meses, las conclusiones. Después le llegará el turno a los políticos que serán los encargados finales de tomar las decisiones.
Lo que no cabe duda es que, especialmente este verano, estamos viviendo parte de las consecuencias del cambio climático con temperaturas récord y que la movilidad debe ser lo más sostenible posible. Muestra de ello son las políticas que, por ejemplo, desde Londres se están llevando con las zonas de bajas emisiones. Pero también es cierto que hay muchas maneras de hacer sostenible nuestro día a día y la movilidad personal, aunque parezca mentira, es una pequeña parte. Sea como fuere, parece que las situaciones climáticas que estamos viviendo están despertando conciencias.