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Radares térmicos, el último invento para “cazar” infractores

Están diseñados para los carriles reservados
Los carriles adicionales o reversibles pueden usarse siguiendo unas normas, una de ellas suele ser la utilización del vehículo. Para evitar a los más pícaros han llegado los radares térmicos.

Los radares fueron un gran invento que hizo posible la aviación tal como la conocemos hoy en día, pero en las carreteras son el enemigo de los que superan los límites de velocidad. De hecho han ido evolucionando para ser más precisos y los tenemos móviles, fijos, de tramo y hasta radares que también miden el ruido y multan a aquellos que superan los límites sonoros. Pero ahora llega un nuevo tipo de radar, el radar térmico.

Puede que te preguntes qué sentido tiene un radar térmico, y en esta ocasión no tiene que ver con el vehículo, sus prestaciones o la seguridad vial, sino que busca el objetivo de acabar con la picaresca en los carriles reservados a vehículos de alta ocupación. Como bien sabes hay carriles de alta ocupación, los conocemos como carriles VAO y que no es otra cosa que el acrónimo de vehículos de alta ocupación.

El sistema está diseñado, en principio, para controlar los carriles de alta ocupación

Normalmente para poder usarlo se tiene que ser un vehículo colectivo (autobuses) o vehículos que, al menos, llevan un 50% de su ocupación. Es decir, en una moto con ir una sola persona ya sería suficiente pero en un coche se necesitan dos personas, aunque lleven cinco o más plazas. Al final cada carril VAO tiene sus propias normativas, pero la idea es que siempre los vehículos lleven a alguien más que al propio conductor (a excepción de las motos) para conseguir que se compartan los trayectos.

Como siempre, hay gente que busca saltarse esas restricciones y hemos llegado a ver maniquís, trapos e incluso muñecas hinchables. Gracias al radar térmico se intenta poner coto a ese descaro. Pero ¿cómo funciona? Pues es un sistema que cuenta con una célula térmica que franquea los cristales aunque estén tintados. Con ello son capaces de determinar los ocupantes y, posteriormente, una fotografía se encarga de capturar la matrícula de aquellos que no están cumpliendo la normativa.

Por ahora no tenemos noticia de que esta tecnología se esté usando en España, aunque en Francia sí está operativo. Lo que sí tenemos claro es que tiene posibilidades para poder distinguir, en un futuro, si un vehículo cuenta con un motor eléctrico o térmico y, de esa manera, restringir su acceso a determinadas zonas.

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