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Prueba Yamaha MT-125 2020: guerrera callejera

La MT-125 supone el escalón de acceso a la gama naked deportiva de Yamaha y cuesta 4.849 €
Fotos: Yamaha
Tras seis años en el mercado la naked deportiva de acceso a la familia "Master of Torque" se actualiza con una segunda generación más agresiva que hereda todas las mejoras de la YZF-R125 2019, incluido su motor de distribución variable inédito en su segmento.

Para 2020 Yamaha pone toda la carne en el asador con su nueva MT-125, una moto que recibe profundos y numerosos cambios que potencian su faceta street-fighter para disfrutar en “frasco” pequeño. El segmento naked sport de 125 cc no ha parado de crecer en los últimos años y Yamaha ha vendido más de 36.000 unidades en Europa desde el lanzamiento de la primera MT del octavo de litro hace 5 años. En el punto de mira de esta Yamaha encontramos la Aprilia Tuono 125KTM 125 DUKE, Honda CB125R, Kawasaki Z125, Suzuki GSX-S125Keeway RKF 125.

Respecto a la Yamaha MT-125 2014-2019, el modelo 2020 destaca sobremanera por su motor monocilíndrico SOHC 4 válvulas refrigerado por agua con distribución variable (VVA) que optimiza el rendimiento entre 7.400 y 11.000 rpm, un sistema inédito en modelos de marchas de este segmento. Declara 15 CV a 9.000 rpm y 11,5 Nm a 8.000 rpm, las mismas cifras de la YZF-R125. Cuerpo de inyección (crece de 28 a 30 mm), válvulas de admisión (crecen 1 mm), airbox (aumenta de 2,9 a 5,5 l.), escape, sistema de refrigeración (termostato y radiador) y cámara de combustión (más compacta) también han sido modificados. Desarrollo acortado (14×52), embrague asistido antirrebote y menor consumo redondean un conjunto motriz de última generación.

Diseño MT-09 con carrocería afilada, depósito más alto y corto, subchasis recortado, manillar 6 cm más ancho y alto, faro delantero de corte futurista con triple óptica, iluminación full-LED, chasis doble viga de acero más rígido, basculante de aluminio reforzado asimétrico, horquilla invertida Kayaba de 41 mm, instrumentación LCD (con mensaje de bienvenida incluido), pinza de freno delantera radial, asiento de una pieza, estriberas de aluminio, neumáticos Michelin Pilot Street (trasero con 14 cm de anchura, antes 13 cm), depósito de 10 l. y 140 kg llena completan sus cartas de presentación.

Actitud desafiante

Sobre la Yamaha MT-125 te sientes cómodo, con un asiento espacioso (misma distancia al suelo que antes, 81 cm) y el nuevo manillar más cerca de ti. En parado la postura está más lograda que en la MT-03, con la que tienes la sensación de llevar los pies demasiado adelantados. Aquí las estriberas se sitúan más adelantadas que con el modelo anterior, logrando una posición sport-polivalente muy agradable. Con esta nueva ergonomía cargas más peso en el tren delantero, ideal para moverte con extrema fluidez entre el tráfico de la ciudad y, sobre todo, en conducción deportiva por carretera.

Con la Yamaha MT-125 2020 en el Dique de Levante (Puerto de Málaga)

Otro aspecto que incide sobremanera en la extrema agilidad de este modelo son sus nuevas geometrías (3 cm menos de distancia entre ejes) y una horquilla invertida Kayaba más capaz y consistente. La estabilidad no se ha descuidado, ya que el chasis cuenta con paredes más gruesas en su parte central inferior, además de pisar con calidad gracias a los zapatos de Michelin: la confianza y manejabilidad de la MT-125 es excelente.

El motor se encuentra en el límite de potencia admitido en esta categoría para poder conducirse con carnet de coche, pero no sólo se conforma con los 15 CV, sino que emplea la tecnología VVA de distribución variable que estrenó su hermana YZF-R125 este año. De esta manera, la MT-125 hace gala de dos personalidades bien diferenciadas: hasta 7.400 rpm se comporta como una 125 al uso, tranquila, equilibrada y cn buenas dosis de par mientras que, a partir de entonces, las siglas VVA emergen en la instrumentación LCD y esta Yamaha torna a un carácter más rabioso y agresivo, ideal para divertirte en tu tramo de curvas preferido subiéndola de vueltas a placer hasta las 10.000 rpm (1.000 rpm más que antes). El cambio de seis velocidades, preciso y bien escalonado, es una auténtica delicia y termina siendo adictivo a la hora de jugar con las marchas para llevar la MT-125 siempre en el régimen óptimo, apoyado en un embrague antirrebote asistido que minimiza los bloqueos de la ruda trasera en reducciones fuertes. En resumen, sube de vueltas más rápido, tiene más fuerza, estira más, es más suave y gana en eficiencia.

Instrumentación full-LCD para la Yamaha MT-125 2020

“Encontrarle el punto” a esta Yamaha MT-125 es muy fácil, no tiene “peros” y está mejor resuelta que muchas nakeds de carnet A2. Los cambios de dirección son instantáneos, la pisada no admite inestabilidades, es fácil de conducir, se adapta a cualquier conductor y el conjunto motor-chasis brilla con luz propia. El apartado de la frenada queda bien resuelto con un único disco de freno delantero en vez de el doble habitual para minimizar inercias, mordido por una pinza radial de 4 pistones que cumple bien su cometido. Únicamente el tacto de la maneta me resultó algo duro, imposible de modular ya que no es regulable, pero pasados unos kilómetros te olvidas.

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