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Prueba Benelli BN 125 2019: tan sencilla como efectiva

Fotos: Javier Ortega
Bajo una apariencia sencilla, la Benelli BN 125 llama la atención por algunos elementos propios de un modelo muy superior. Hemos probado a fondo esta coqueta italiana, una auténtica prueba de fuego para esta naked turística de atractiva planta al precio más competitivo, que guarda una digna robustez y excelentes sensaciones en marcha.
Lo mejor
  • Suavidad
  • Ergonomía
  • Consumo
Mejoraríamos
  • Velocidad máxima

Sólo el trabajo estético, con cierta apariencia aerodinámica, da una idea de cómo Benelli ha cuidado el diseño de esta BN 125, así como los entresijos de la moto en general. Desde las generosas asas para el pasajero hasta la horquilla invertida, o desde el caballete central hasta las formas de la carrocería, que se abren delante y bajo el depósito, nos llevan a pensar en un precio netamente superior a los 2.499 € fijados por la marca italiana. Tras la toma de contacto que SoyMotero.net realizó el pasado octubre con motivo de su presentación nacional, bajo un intenso aguacero, ahora la probamos a fondo en seco para refrescar sensaciones y ampliar conclusiones.

Al colocarnos tras su manillar plano, con un buen brazo de palanca para los giros urbanos, su asiento si sitúa a unos 780 mm del suelo, quedando al alcance de todas las tallas principiantes, que dejarán bien fijadas las posaderas sobre su cóncava ergonomía. Las estriberas se centran en el punto medio de la moto, más bien abajo, para dejar las piernas en marcha con una postura relajada, que nos resultó particularmente cómoda a lo largo de los kilómetros. Con todo ello, esta BN 125 se posiciona como una naked netamente urbana.

Un motor sedoso

Al arrancar, el monocilíndrico de cuatro válvulas se deja oír con un silencioso susurro mientras que al tirar de la maneta, su embrague ofrece un tacto de mantequilla, permitiendo cambiar de marcha con solo la mitad de su recorrido. De ese modo, bastará al principiante con aplicar sólo dos dedos para la operación, y pudiendo mantener así más sujeto el manillar, con la sensaciones de control y confianza consiguientes. Por su parte, el cambio de cinco marchas se siente, asimismo, suave y preciso en el pie.

La potencia de los 125 cc, con una discreta cifra de 11.1 CV, ofrece una entrega perfectamente asimilable, como es obvio, que no pondrá en compromiso a nadie que comience a adentrarse en el mundo de la moto. Por otro lado, sale con suficiente impulso de los semáforos como para escapar de la jauría que arranca detrás sobre cuatro ruedas, y que tantas veces parece echársenos encima.

Monocilíndrico refrigerado aire-aceite y 4 válvulas de la Benelli BN 125.

Por otro lado, este motor de refrigeración mixta aire-aceite recupera con dignidad en quinta marcha, desde los 50 por hora hasta una velocidad máxima que llegará con el límite permitido en autovía por la DGT, y también por el propio corte del encendido. Con el peso de un servidor (108 kilos), que resulta en la práctica casi como viajar dos, y con el parapeto aerodinámico que representa un sujeto de 1.91 m, la velocidad a la que me pude mover en la autovía oscilaba entre los cien y los 110 por hora (con lo que bien podemos concederle, a un motorista de menor talla, otros diez kilómetros más).

Como atributo importante, el consumo de esta BN 125 resulta sencillamente ridículo, incluso en el caso más extremo. Llevamos el acelerador girado al máximo, sin respirar durante horas, con un puerto montañero de por medio, para hacer 370 km con 11.5 litros, es decir: 3.1 litros. Con este registro extremo, el 1.7 que anuncia la marca no nos parece irreal llevando una conducción mucho más moderada, y pensando en los 13,5 litros de capacidad que alberga el depósito, ya se puede hacer una idea el lector de la autonomía que llega a ofrecer esta BN 125.

La Benelli BN 125 empezando a inclinar.

Fiabilidad

Uno de los aspectos en los que debíamos de poner más atención en nuestro particular viaje, lo mismo que seguramente hará nuestro lector, es en la fiabilidad y en la robustez que puede ofrecer sobre la ruta este pequeño monocilíndrico. Así pues, buena parte de las evidencias de nuestra prueba de fuego quedarán reflejadas en un reportaje de la serie Viajes exprés. De todos modos, ya podemos adelantar que el pequeño motor soportó una paliza de 460 kilómetros en cinco horas manteniendo la cabeza bien alta, sin sudor de aceite ni olores a quemado, o similar, y con un ralentí tan regular como el Péndulo de Foucault.

No podemos presagiar, evidentemente, el rendimiento que esta Benelli BN 125 irá ofreciendo a lo largo de su vida, con el paso de miles y miles de kilómetros, pero los resultados de esta prueba pueden tenerse en cuenta no solo como el mejor de los presagios, sino como la punta de un iceberg ciertamente longevo.

Entre esquinas y rotondas

En lo que al comportamiento dinámico se refiere, la agilidad es obvia solo con mirar la moto y con sentir lo liviana que resulta (142 kg) simplemente en parado. Y en cuanto a su paso por curva, el conjunto se muestra suficientemente sólido para los fines que ha sido diseñado, con el firme soporte que ofrece su chasis multitubular y sin nada que reprochar, por otro parte, al comportamiento de los neumáticos firmados por la marca Cordial.

En definitiva, la BN 125 reúne unas cualidades que la presentan como una moto ciudadana única, con un radio de giro amplio que le permite dar media vuelta, como quien dice, en una moneda. Además, su ergonomía nos ayudará a pasar con algo más de dignidad el tránsito por alguna autovía de circunvalación, en la circunstancia original que nos toque pasar por ella, ya que la actividad en la que más a gusto se siente esta transalpina es callejeando.

La Benelli BN 125 al detalle.

La frenada

Confiada delante a un único disco de 260 mm con pinza de triple pistón, detiene esta BN 125 con una sobrada capacidad para las prestaciones que desarrolla su monocilíndrico, ya que emplea el sistema combinado ya visto en su hermana TNT 125. Si apretamos a fondo, una vez que haya apoyado bien el neumático frontal, lograremos parar en un palmo, como quien dice, poniendo en un brete la capacidad de retención que ofrece la horquilla, que trabaja con un reglaje más bien suave, pensando en el confort más que en cualquier tacto deportivo. Una frenada, en cualquier caso, muy fácil de graduar en la maneta por el principiante, haciendo difícil el desastroso efecto que provocaría el conocido “manotazo del pánico”. En cuanto al tren trasero, con un disco también de tipo CBS y 240 mm de diámetro, sorprende su capacidad de retención, a pesar de morderlo una pinza de pistón único.

Otros detalles

Se puede decir que el pasajero viaja como un señor en la Benelli BN 125, teniendo en cuenta la categoría mínima en la que se encuadra. Las estriberas del conductor, colocadas abajo y sin retrasar, dejan un generoso espacio a los pies del acompañante, que se aposenta sobre un asiento más mullido, incluso, en su segunda plaza que en la primera, disponiendo además de las sólidas asas que ya hemos mencionado y que se extienden por los costados.

Por otro lado, este asiento del pasajero se destapa mediante el giro de la llave en el lateral de la moto, para ofrecer un generoso hueco, ciertamente llamativo, al tratarse particularmente de un modelo tan pequeño y modesto.

Pantalla de información en la Benelli BN 125.

Un elemento vital en cualquier moto, pero mucho más en una 125, son los retrovisores. Los de esta pequeña Benelli se perfilan con un práctico diseño a juego con todo el conjunto, pero además de ello, su colocación sobre el manillar y la extensión de sus espejos ofrecen una excelente panorámica de nuestra retaguardia. Además, la discreción de las vibraciones, casi inapreciables a pesar de contar con un solo pistón, permiten una precisa nitidez de las imágenes reflejadas.

La luz del faro convencional, con lámpara halógena, es suficiente, para las prestaciones que desarrolla esta BN 125, tanto si hablamos de la de carretera como si lo hacemos sobre la de cruce. En cuanto al piloto trasero, nos hace bien visibles desde atrás, en plena noche.

El display con su información se despliega en una extensión minimalista, con una forma de trapecio irregular. Aparte de la velocidad en dígitos grandes, del cuentarrevoluciones a base de rayitas y de los diversos kilometrajes, nos indica el nivel de gasolina y la marcha engranada. Esto último puede parecer de Perogrullo, e incluso hacer sonreír a alguno. Ya, pero es que resulta que mi moto de mil, por ejemplo, fabricada en 2008, no muestra esa información.

Tal vez el precio de esta Benelli represente uno de los argumentos más rotundos para decidirse por su compra, pero sin duda habrá que añadirle el detalle y remate del conjunto que hemos descrito en este reportaje.

Luz trasera de la Benelli BN 125.

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