Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

Por qué pintar pudiendo vinilar, un ejemplo práctico

Una restauración a base de vinilo y evitar gastar más en pintura de lo que vale la moto
Fotos: Cycleworld
Con los adelantos en el vinilado de vehículos, en algunos casos no merece la pena el gasto de una pintura. Vemos un ejemplo práctico en una GSX-R de 1986 en el que el coste de la pintura era superior al valor de la propia moto dado el estado

Uno de los procesos más caros a la hora de restaurar una moto es la pintura. Al final es lo primero que uno aprecia cuando la mira y la valoración final depende en buena medida de la calidad. Pero hay ocasiones en las que pintar una moto puede resultar más caro que el valor del conjunto, y entonces es cuando uno se plantea si merece la pena.

Por suerte el vinilado de vehículos ha progresado enormemente en los últimos años. Sobre todo en materiales que resistan el suficiente tiempo como para que la inversión merezca la pena. Está claro que no es lo mismo una moto aparcada 10 horas bajo el sol abrasador de Sevilla que otra que solamente salga los fines de semana. En el caso de esta última es probable que el vinilado le resista prácticamente toda la vida.

Suzuki GSX-R1100 del 86

Los compañeros de Cycleworld cuentan esta interesante historia vivida en sus propias carnes con una Suzuki GSX-R1100 de 1986. Tras rescatarla de un estado de semi-abandono y hacerle las primeras curas, el carenado estaba en malas condiciones. Curiosamente el propietario disponía de un carenado completo de GSX-R750 Limited Edition.

Se los colocó y la moto ganó inmediatamente enteros. Pero le imposibilitaba llevar nada en el colín (monoplaza) sin destrozar la pintura. Además el precio de esos carenados superaba en mucho el valor de la moto por lo que una caída tonta podía ser un desastre.

Suzuki GSX-R1100 del 86 vinilada

Fue entonces cuando tomó la decisión de volver a los carenados originales, repararlos y vinilarlos en vez de pintarlos. En vez de gastarse entre 2.500 y 4.000 euros a la hora de pintar la moto, la viniló por poco más de 1.000 euros. Ciertamente el resultado, mirado con lupa, no es el mismo pero en una moto como esta cuyo valor no va a ser el suficiente como para que merezca la pena la inversión, es la mejor opción y poder seguir así disfrutando de una clásica.

Lo último

Lo más leído