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Moto3, la fórmula de la gaseosa que perdió el gas

Fotos: MotoGP
La marcha de Mahindra pone de manifiesto la falta de interés de las marcas por una categoría espectacular, pero cuyos costes son más altos que la repercusión que obtienen por sus resultados. Los motores 4 tiempos tienen gran parte de la culpa, pero no toda...

La de 125 fue la última categoría “histórica” que desapareció. En plena era de motores de cuatro tiempos e inyectores, las viejas “cafeteras” seguían compartiendo paddock con las sofisticadas MotoGP y los engendros mecánicos que son las Moto2 (un motor de calle en una moto de carreras no será un prototipo de competición en la vida). La categoría no podía mantenerse al margen de la línea marcada y a finales de 2011 el aceite dejó de quemarse en las cámaras de combustión.

Aunque en los últimos años de 125 solamente ganaban con asiduidad las Aprilia y todas las motos del Grupo Piaggio (Derbi y Gilera), la realidad es que KTM, Honda, Mahindra, incluso marcas más exóticas como Lambretta, Loncin y Haojue se dejaron ver en las últimas temporadas de un campeonato cuyo reglamento había variado levemente desde que se instauraron los motores mocilíndricos a finales de los ’80.

La realidad de aquella última etapa del 125 es que si no pasabas por caja del Grupo Piaggio o no caías bien a Dall’Igna o Sacchi tus opciones de victoria eran prácticamente nulas. También es cierto que con la llegada de Moto3 en el horizonte, las inversiones por parte del resto de las marcas desaparecieron.

Este año sólo han participado tres marcas

Y entonces llegó Moto3, los cuatro tiempos con sus motores extremadamente complejos, algo que no parecía importar mucho entonces y de lo que se habla poco ahora. Y es que un motor de 4 tiempos, además de necesitar más cilindrada para igualar prestaciones es, tecnológicamente hablando, mucho más complejo y por tanto mucho más costoso. De hecho, en un primer momento se hablaba de una reducción de costes, de la posibilidad de comprar el motor a tu rival, de un límite presupuestario todo en busca de ser atractivo y asequible.

A tenor de la reacción sí que parecía que había surtido efecto, llegaron FTR, Suter, Kalex, Honda, KTM, Mahindra, estas tres últimas fabricando sus propios motores además de motos. Pero la realidad ha sido más dura y sólo 5 temporadas después la realidad es bien distinta. Los fabricantes de chasis desaparecieron del panorama y de las 3 marcas implicadas, Mahindra se marcha.

Ahora toca la pregunta ¿Por qué? En el caso de Mahindra no se puede achacar a un problema económico de la compañía porque es un coloso empresarial. Simplemente no les resulta atractivo. El papel que tienen por delante en Dorna es complejo, hay que buscar una salida a este laberinto en el que se ha convertido Moto3 y que se parece mucho al de Moto2.

La de Moto3 es la categoría menos previsible

Está claro que, al menos, las carreras de Moto3 son espectaculares y estamos hablando de motos de carreras de verdad, pero cuando un campeonato deja de interesarle a las marcas termina por desaparecer. Las carreras siempre han sido una competición en todos los aspectos, quizás limitarlas es lo que esté haciendo que no sean interesantes o quizás sea el hecho de que a día de hoy lo que no sea MotoGP no vale ni dentro ni fuera del paddock. En cualquier caso toca revertir la situación si es que se está a tiempo, el Mundial de Motociclismo es mucho más que una sigla, una empresa o una persona.

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