En el Tokio Motor Show 2017 que celebrado, como indica su nombre, en la capital de Japón, hemos podido ver los últimos modelos que llegarán a producción así como algunos prototipos realmente alucinantes. De todo lo visto creemos que Yamaha ha sido la vencedora absoluta en esta guerra abierta entre los fabricantes de motocicletas japonesas.
Y decimos esto porque además de la Yamaha Niken de tres ruedas y motor de MT-09 ha mostrado también la Yamaha MOTOROiD, un prototipo que habíamos visto en fotos pero que ahora hemos podido ver en movimiento y con el que, literalmente, hemos alucinado. Y si no nos creéis, atentos al vídeo de promoción:
Es cierto que la Yamaha MOTOROiD es un concepto muy similar a la Honda Riding Assist-e, de la cual se ha podido ver la segunda versión en el mismo salón. Sin embargo, mientras el prototipo de Honda ha recurrido a lo “más sencillo” (dentro de la dificultad que supone hacer algo así) y que no es otra cosa que imitar los movimientos humanos sobre la moto (aquí te contamos en detalle cómo funciona), los de Iwata han creado una moto que es capaz de hipnotizarnos con el movimiento de su basculante, conjunto de baterías y rueda trasera.
Incorpora además muchos sistemas de Inteligencia Artificial para interactuar con el piloto. Por ejemplo, un sistema de reconocimiento facial así como de órdenes gestuales y sonoras, a las que MOTOROiD obedece gracias a motor eléctrico y capacidad de mantenerse vertical.
Su puesta de largo en la presentación de Yamaha asombró a todos los que allí había congregados:
¿Cómo es capaz de mantener el equilibrio la Yamaha MOTOROiD?
Seguro que os habéis hecho la misma pregunta que nosotros, por lo que vamos a intentar explicar a grandes rasgos cómo lo consigue. El sistema es opuesto al de Honda, que realizaba leves movimientos del manillar al mismo tiempo que aumentando el lanzamiento de la horquilla, bajaba el peso del conjunto.
En el caso de Yamaha, su sistema de equilibrio se basa en la posibilidad de mover el centro de masas (situado en la zona de las seis baterías) así como de girar el basculante y con ello la rueda trasera.
Pensemos en cómo un objeto se mantiene en equilibrio. Se consigue mientras la proyección de su centro de masas sobre el suelo se mantenga dentro de la base de apoyo de la misma.
Recordemos el ejemplo sencillo de la silla: si estamos sentados con las cuatro patas apoyadas, permanecemos estables. Si nos balanceamos hacia atrás, mientras el centro de masas de nuestro cuerpo conjuntamente con el de la silla permanezca por delante de las dos patas apoyadas, caeremos hacia adelante. Si lo sobrepasa, caeremos hacia atrás pero si lo mantenemos justo en el punto en el que las patas traseras contactan en el suelo, permaneceremos en equilibrio.
Podemos modificar el punto de equilibrio cuando estamos en la silla, por ejemplo, estirando o encogiendo las piernas. Si nos vamos hacia atrás y estiramos las piernas, el centro de masas se desplaza hacia adelante y recobramos el equilibrio. Si por el contrario nos pasamos, con volver a acercar las piernas a la silla volveremos a modificar su posición.
MOTOROiD utiliza un sistema muy similar gracias al movimiento de su parte central en conjunto con la rueda trasera. Si detecta que se va hacia la izquierda (como cuando en los vídeos es golpeada), desplaza el conjunto motor-rueda hacia la derecha, compensando la inclinación y recuperando la verticalidad. En combinación con unos neumáticos anchos y con baja presión, que aumentan la huella, y muchas horas de programación e ingeniería, se obra el milagro.
Bien por Yamaha.
