Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

La primera moto biodegradable ya es una realidad

La sostenibilidad llevada al límite
Fotos: Tarform
El futuro de las motos, como el del resto de la sociedad, debe ser lo más sostenible que esté en nuestras manos. El proyecto de Tarform y su modelo Luna va por ese camino y se convierte en la primera moto biodegradable del mercado.

Como hemos contado en otras ocasiones la sociedad tiene la imperiosa necesidad de adaptar sus necesidades y sus hábitos a aquellos que sean lo menos lesivos posibles para el medioambiente. Ya conocemos diferentes propuestas en ese sentido y, también, las restrictivas legislaciones que están entrando e vigor y las que entrarán en los próximos años. También conocemos el esfuerzo que está haciendo parte de la industria para conseguir adaptarse a todo este cambio sin que la solución pase por un retroceso en movilidad personal. Una muestra de ello es la nueva Tarform Luna. Se trata, como no podía ser de otra manera, de una moto eléctrica que lleva desarrollándose cuatro años en Estados Unidos.

Hasta ese punto no nos encontramos con una gran novedad, porque motos eléctricas hay bastantes y cada vez más. Tampoco es especialmente diferenciador su diseño, que aunque atrevido está en la línea de otras motos que hemos visto, ni tampoco el hecho de que disponga de dos acabados diferentes como son Scrambler y Racer. Su precio tampoco es especialmente diferente, que se sitúa en los 24.000 dólares, 21.416 euros al cambio. La gran diferencia la encontramos en los materiales que se han empleado para su construcción.

La moto podrá ir mejorándose pues es modular

Estamos hablando que Tarform, a la hora de crear Luna solamente emplea materiales reciclables (que no reciclados) y aquellos que no pueden reaprovecharse son biodegradables. De esta manera, en el momento del fin de su vida útil o bien se biodegradará o volverá a reutilizarse. Por ejemplo, el cuero del asiento no es cuero como tal sino que es de origen vegetal obtenido de hojas de té y fibras de piña. El carenado es de bioplástico y la pintura es de elaboración natural creada con pigmentos de algas marinas.

Pero el hecho de que sea una moto amigable con el medioambiente no hace que se hayan descuidado las prestaciones. De hecho su velocidad máxima es de 193 km/h, una cifra nada despreciable para un modelo que cuenta con un motor de 42 kW (55 CV). En cuanto a su peso, lo cierto es que es bastante razonable pues se sitúa en 193 kg, algo que sin duda afecta en el rendimiento y que puede deberse en parte al minimalismo de su diseño. Si hablamos de la batería, nos encontramos con una de 10 kWh que ofrece una autonomía de 193 kilómetros. ¿Casualidad tanto 193? Uno de los apartados interesantes en este plano es el hecho de poder conectarse a postes de carga rápida con lo que sería capaz de recuperar el 80% de la carga en 50 minutos.

Aun así, desde Tarform también cuentan que se trata de una moto modular y esto significa que dará la oportunidad, cuando sea posible, de ir cambiando componentes que mejoren las prestaciones al estilo de un PC. Por tanto no es sólo que estemos ante una moto reciclable y biodegradable que haga que al final de su vida útil no haya residuos inaprovechables es que al poder ir actualizando ciertos componentes se conseguirá que esa vida útil pueda ser mayor.

Lo último

Lo más leído