Y lo de los Lowes es, además, de premio: son hermanos gemelos. Es la primera vez que los dos coincidirán fuera del campeonato británico. Desde siempre ha habido vínculos familiares en el mundo de las carreras, por más que ahora parece que es cuando se da con más frecuencia esta circunstancia. En Silverstone, junto a Sam y Alex Lowes vamos a tener a Marc y Alex Márquez, Aleix y Pol Esparagaró, Brad y Darren Binder, Valentino Rossi y Luca Marini, y Axel y Edgar Pons.
Lo normal es que el mayor termine inculcando la pasión al pequeño, si es que no es el padre el responsable de ello. Giacomo Agostini encendió la pasión por las carreras de su hermano Felice, pero este no tuvo el talento del campeonísimo italiano. Lo mismo sucedió con Carlos Lavado y su hermano Luis, Mick Doohan y su hermano Scott, aunque es mayor que él, o los Roberts, Kenny Junior y Kurtis; Nicky Hayden y su hermano Roger Lee también han compartido pista cuando Roger Lee fue piloto invitado en Estados Unidos. Al menos, uno de ellos se coronó campeón. Otras parejas de hermanos no tuvieron esa suerte: los finlandeses Matti y Pentti Salonen formaron parte de la mítica generación liderada por Jarno Saarinen, pero no lograron destacar. Los andorranos Joaquín y Ramón Galí fueron habituales del Mundial de 50 hasta 1982. Y no hay que olvidar a otras parejas con suerte desigual: los australianos Jeffrey y Murray Sayle; Jacques y Pierre Bolle; Gerhard y Alfred Waibel; Marc y Bernard García; y también Jurgen y Patrick Van den Goorbergh.
Más recientemente los brasileños Alex y César Barros; los sanmarinenses De Angelis, Alex y William, que estuvieron juntos en el Mundial de 125, en sus inicios en el campeonato; Mika y Vesa Kallio, que compartieron un par de temporadas; y los colombianos Yonny y Santi Hernández, que llegaron a estar juntos en Moto2.
Otra pareja de hermanos curiosa fue la formada por Francesco y Walter Villa. El primero, con buenos resultados mundialistas, dejó a un lado la competición para trabajar en el diseño de sus propias motos, y fue el autor de las Montesa bicilíndricas en los años sesenta, cuyo excesivos costes de desarrollo impidió que el prometedor proyecto fuera a más. Walter, que empezó corriendo con las motos diseñadas por su hermano, lograría cuatro mundiales en 250 y 350 con Harley-Davidson.
Entre los españoles, las parejas más ilustres de hermanos mundialistas las formaron Pablo y Gelete Nieto; los Gavira, Idalio y Eustaquio; Carlos y David Checa… Incluso Jorge Martínez “Aspar” se lanzó al mundo de las carreras siguiendo los pasos de su hermano Vicente, aunque este no pasó de algunas clasificaciones notables en el Campeonato de España.
En los ochenta, quizás fueran los Sarron los hermanos más famosos de las carreras. Mientras que Christian llegó a ser campeón del mundo de 250 (1984), Dominique nunca logró un título, aunque desarrolló una notable trayectoria deportiva con victorias en el Mundial de 250, y también en el de Resistencia, entre ellas las Ocho Horas de Suzuka, nada menos.
También se dan casos de vínculos familiares creados a raíz de las carreras. El mítico Geoff Duke, seis veces campeón del mundo de 350 y 500, fue cuñado de Keith Campbell, campeón del mundo de 350. Y Barry Sheene fue cuñado de Paul Smart, que se casó con Maggie Sheene.
Lo que ya resulta de traca es contar con tres hermanos en un mismo Gran Premio. El ejemplo más reciente lo tenemos en los Aoki: Haruchika, Takuma y Nobuatsu, que llegaron a coincidir en pista un par de temporadas. Pero no fueron los únicos. En los años cincuenta, hubo tres hermanos Milani compitiendo. Alfredo fue piloto oficial de Gilera en 500, y sus hermanos Albino y Rossano, corrieron haciendo equipo en muchas ocasiones, con los motores Gilera en su side.
Siempre ha sido muy normal encontrar parejas de hermanos corriendo juntos en sidecares, y algunos con mucho éxito como los Reeves o los Birchall, que lograron ser campeones del mundo.
