La Cámara de los Comunes ha propuesto al Gobierno que en Inglaterra y Gales se prohíba el uso de dispositivos manos libres e intercomunicadores mientras se conduce. De esta forma, en un coche no podríamos responder a una llamada pero además en el caso de las motocicletas, no podríamos hablar con el pasajero (o con otra moto), escuchar música o incluso recibir las instrucciones de los navegadores.
El Comité para el Transporte Público afirmaba que, en comparación con el uso de un teléfono móvil, «los dispositivos manos libres crean los mismos riesgos de colisión y es engañoso sugerir que son seguros.» De hecho, equivale a conducir en los límites permitidos de alcohol en sangre. Es decir, merman nuestras facultades a los mandos de un vehículo.
Aunque quizás el problema real no sea los conductores que hacen uso de dispositivos de manos libres sino aquellos que todavía no entienden que el móvil y la conducción son incompatibles. Valga como ejemplo el que pusimos el otro día. En estos casos, se deberían recrudecer las sanciones.
Por otro lado, en un coche el problema para los usuarios es menor. Sin embargo, en una moto un intercomunicador tiene un uso mucho más amplio que el de simplemente responder una llamada: hablar con el pasajero, conversar con otros motoristas con los que circulas y que pueden avisar de peligros o situaciones de riesgo, escuchar música, recibir las instrucciones del navegador (menos peligroso que mirar a la pantalla), etc.
De prohibirlos (que sólo sería de aplicación en Inglaterra y Gales ya que Escocia ha desestimado la propuesta), ¿prohibirán su uso completo o sólo el de responder/realizar llamadas?
