El 31 de diciembre de este año es la fecha clave para la actual Suzuki GSX-R1000R. Los de Suzuki se encuentran al borde del abismo. La SBK por excelencia de la marca, es actualmente una de las pocas motocicletas que quedan en el mercado europeo sin la certificación de emisiones Euro 5. Esto significa que, para esa fecha, la deportiva japonesa debe pasar las pruebas medioambientales o deben retirarse las unidades que quedan de los concesionarios oficiales de la firma.
Aunque las normas Euro5 entraron en vigor para las motos homologadas en Europa a partir de enero de 2020, los modelos ya existentes en enero de 2021, como es el caso de la Suzuki, lograron exprimir dos años más de ventas bajo la normativa Euro 4. Pero ese plazo de tiempo está acabando, y apenas le quedan 5 meses para expirar. Y en Suzuki no han planteado todavía una solución efectiva para este problema garrafal.
Un inteligente sistema de sincronización variable de válvulas ayudó a Suzuki a reducir las emisiones de la GSX-R1000R, pero lamentablemente no lo suficiente para llegar a cumplir la exigente normativa Euro 5. Que la marca está de capa caída no es nada nuevo, tras el anuncio de su retirada de MotoGP el año que viene y la carencia de un esfuerzo oficial, por parte de la marca desde 2015, en el mundial de WSBK. La generación actual de GSX-R1000R no ha tenido la oportunidad de evolucionar como el resto de marcas del mercado.
Con el 2023 a la vuelta de la esquina, y con el requisito de actualizar la GSX-R1000R o simplemente dejar de venderla en Europa, Suzuki se encuentra en una encrucijada. No sabemos si veremos actualizaciones de la GSX-R o, por otro lado, nos podremos enfrentar a la posibilidad de que Suzuki abandone esa parte del segmento de motos. Esperemos que por un plazo de tiempo corto.
Europa ya perdió la GSX-R600 y la GSX-R750 cuando entraron en vigor los límites de emisiones Euro 4 anteriores. Y si no ponen remedio en Japón, la fábrica solo seguirá teniendo por el momento un modelo de la histórica gama GSX-R en los concesionarios, la pequeña GSX-R125.
Posiblemente, la noticia de que la escudería oficial abandonaba MotoGP ha dilapidado la evolución natural de nuestra protagonista. Más bien parece ser que la ha condenado a una desaparición, casi ineludible, de momento. Lógicamente, si no tienen el escaparate de la máxima competició, para desarrollar su buque insignia deportivo, pocas ventas van a tener en el target de clientes más dinámicos y emocionales.
Sin embargo, al salir de MotoGP, Suzuki podría ir en la otra dirección y volver a centrarse en la GSX-R y sus ofertas de motos deportivas de carretera. Podrían volver a centrar su esfuerzo en un equipo del WSBK. Ya pasó en el pasado, cuando Suzuki abandonó la serie de Superbikes para centrar su mirada en MotoGP (en 2015).
Desde luego no parece que estén dispuestos a financiar ambos proyectos deportivos. También es posible que el cierre del proyecto GP abra la puerta a un regreso de WSBK. Ojalá. Si esto pasa, entonces una GSX-R1000R nueva o muy actualizada está casi garantizada.
Teníamos noticias de que Suzuki tenía planes para la evolución de la GSX-R1000. Sin ir más lejos, en 2019, la compañía patentó un nuevo sistema de sincronización variable de válvulas para la moto, agregando VVT hidráulico controlado electrónicamente en un movimiento que aumentaría el rendimiento y reduciría las emisiones.
Al mantener la antigua versión Euro 4 de la GSX-R en el mercado el mayor tiempo posible, Suzuki ha maximizado el tiempo que tiene para amortizar los costes de desarrollo, al mismo tiempo que amplía el tiempo de I+D disponible para una versión actualizada. Dentro de poco se introducirá una segunda generación de Euro 5, conocida como Euro 5+, con modificaciones que incluyen el cumplimiento de OBD II (diagnóstico a bordo, etapa II), detección de fallos de encendido y monitoreo del catalizador.
Al mantener viva la GSX-R1000R en su estado Euro 4 el mayor tiempo posible, Suzuki puede omitir la versión inicial Euro 5 por completo y saltar directamente a Euro 5+. Sea cual sea el camino que adopte Suzuki, parece que la GSX-R1000 aparecerá en las noticias a finales de este año cuando los planes de la empresa se aclaren. Para bien o para mal.
Por otro lado, en EE.UU, la posición de la GSX-R1000R 2023 no está amenazada, pues cumplen a raja tabla con las normas de emisiones del país de las hamburguesas. EEUU de hecho, también permiten que las antiguas GSX-R600 y GSX-R750 permanezcan a la venta, años después de que fueran retiradas del mercado europeo. Pero la presión mundial por adoptar una normativa del tipo Euro 5 está aumentando.
Otros mercados, incluidos Japón, India y China, están alineando en gran medida sus regulaciones de emisiones con Euro 5, e incluso en los EEUU hay movimientos para hacer lo mismo. En California, la Junta de Recursos del Aire de California ha estado buscando armonizar con las reglas de emisiones Euro 5 en 2024 o 2025, y los estándares CARB de California a menudo marcan el camino a seguir por otros estados.
Finalmente, creemos que la opción que van a tomar en Suzuki no es nada nuevo. Retirar temporalmente la GSX-R1000R del mercado europeo, dejar el modelo existente a la venta en EEUU y pasar uno o dos años desarrollando una versión actualizada para 2024 o 2025. Este mismo patrón es el que siguieron con la mítica Hayabusa. Desapareció en gran parte del mundo cuando las normas de emisiones Euro 4 entraron en vigor hace varios años, pero se mantuvo en los Estados Unidos hasta que la versión actualizada se reintrodujo a nivel mundial el año pasado. El futuro, solo las cabezas pensantes de Suzuki lo conocen. El resto, esperaremos a conocer sus decisiones para dároslas a conocer.