No te pierdas en este enlace la brutal galería de fotos con el proceso de creación
El reto de esta vez era curioso. Crear en 24 horas un Slingshot artesanal con lo que tienen en el taller y la moto más deportiva que pudieran encontrar por menos de 2.000 dólares. Así, tal cual. Finalmente, tras una minuciosa búsqueda, la moto más deportiva y barata que encontraron en todo el estado de Idaho fue una flamante Kawasaki ZX-6R a casi 600 km de distancia. Nada, un paseíllo de vuelta hasta la sede de Grind Hard Plumbing con una sport que se cae a cachos entre tormentas de nieve, frío y camiones como trenes.
No es la primera vez que os hablamos de esta pareja de creadores de contenido norteamericanos. En la mente tenemos la Suzuki Hayabusa a la que le instalaron un kit Polaris de conversión de moto a moto de nieve. Pues sí, desde un pequeño garaje, en los bosques del norte de Idaho, se dedican a realizar los retos mecánicos más locos y singulares del panorama. En el vídeo que te mostramos a continuación tienes todo el proceso de creación. Aunque nosotros te lo resumimos, es imperativo verlo.
Pero comencemos explicando qué es un Slingshot. Este tipo de vehículos constan de 3 ruedas (2 delanteras y 1 trasera), asiento, volante y capacidad de tumbar en las curvas, consiguiendo minimizar los efectos centrífugos sobre los pasajeros. Muy populares en los EE.UU. el principal fabricante es, como no podía ser de otra manera, Polaris (BRP). El concepto es bastante básico: Mientras las dos ruedas delanteras se mantienen verticales, la rueda trasera ejerce la tracción igual que una moto. Con esta configuración se consigue evitar que conductor sufra los efectos de la fuerza centrífuga a la hora de tomar las curvas y, además, transfiere peso a la rueda del interior, lo que permite mejorar el paso por curva.
Volviendo con nuestros protagonistas y ya con las manos manchadas de grasa tras desmontar todo el eje delantero de la Kawasaki, arranca la diversión. Radial, soldadora, aluminio, inventos, pletinas, ajustes…. Como te podrás imaginar, durante unos cuantos minutos, el mecánico protagonista del reto no para de trabajar. Ensamblando y ajustando toda la mecánica de la mejor manera posible.
Finalmente, en el minuto 12 arranca el aparato infernal. Aunque la postura es incomodísima, peligroso de conducir y más peligroso si cabe en caso de accidente. El invento resulta ser superemocional, es una locura verlo circular por pistas de tierra entre árboles centenarios. Este reto nos ha gustado y mucho. Esperamos con inquietud ver cuál será el siguiente. Como el propio creador dice al final del vídeo, con el acelerador en el pie izquierdo, el freno en la mano derecha y el cámara sentado en el asiento de la moto: “Aunque es un poco incómodo, no me puedo creer cómo funciona esto. Es una pasada”.
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