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Convirtiendo una BMW K1600GT en una GS de 6 cilindros

Nico Bakker crea la Flying Dutchman, una BMW muy especial
Fotos: MCN
Esta podría ser la primera BMW K1600GS de la historia. Una moto que nació como una moto para viajar a todo lujo y que ahora toma las formas de la superventas trail de la marca. Que los ojos no te engañen: aquí detrás hay mucho trabajo de ingeniería, y no solo de quitar carenados.

Willem Heijboer es el propietario de una de las motos más locas del año. Una BMW GS de seis cilindros, 160 CV y que ahora “solo” pesa menos de 300 kilos a pesar de contar con un monstruoso tanque de gasolina de 39 litros de capacidad. De nombre Flying Dutchman, es obra del conocido preparador Nico Bakker.

La historia nos llega de la mano de nuestros compañeros británicos de MCN. Cuando vimos la foto no pudimos dejar de exclamar: pero… ¿WTF? Y obviamente cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos pinchando en el enlace para ver qué era lo que demonios teníamos delante, pues no se nos parecía a nada de lo que habíamos visto hasta ahora.

Y es que Willem Heijboer parece ser que estaba hasta las narices de ir rascando los bajos de su K1600GT en las curvas, y por ello empezó a quitarle trozos. Pero se dio cuenta que lo siguiente que pegaría era el motor de seis cilindros, y eso tenía difícil solución (¿quitarle dos cilindros?). Por ello se puso en contacto con Nico Bakker, y le dejó hacer con unas simple instrucciones: quiero que se lleve y comporte como una GS, pero con la potencia y la suavidad del motor de 6 cilindros.

Alan Cathcart y la Flying Dutchman

Dicho y hecho. Motor, transmisión por cardán, discos de freno, sistema eléctrico, amortiguador trasero ESA, y todo lo demás a la basura pues ya no se iba a necesitar. Y sí, esto incluía el chasis, porque se fabricó uno nuevo tubular de acero al cromo-molibdeno, que permitió reposicionar el motor ligeramente más alto y con ello, ganar altura en las inclinaciones. El escape doble firmado por Akrapovic, está también a la altura suficiente para evitar sacar chispas.

Una distancia entre ejes un poco más larga, compensada con una geometría de la dirección más agresiva que antes, y una horquilla WP de 48 mm completamente ajustable en vez del Telelever tradicional, y la Flying Dutchman ya estaba lista para salir a volar por las carreteras holandesas.

Eso sí, para conseguir esa pinta GS, no solamente se usó un frontal inspirado en la trail alemana sinoque se combinó una llanta de 19” delante con otra de 17” detrás. Aun así, el aspecto es tan sumamente bestia que las llantas parecen pequeñas al lado de la moto.

Pero lejos de lo que podríamos pensar, la moto parece ser que va de fábula. Y si lo dice un tipo como Alan Cathcart, que ha podido probarla, va a misa. Además es 20 kilos más ligera que la original, pero con depósito de 39 litros porque a Willem le fastidia parar en los viajes si no es estrictamente necesario. Ahora es una máquina de devorar carreteras y estriberas, porque pudo rodar con ella en Assen y seguramente exprimirla más lejos de lo que uno podría pensar.

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