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Consejos conducción nocturna en moto: diez trucos para circular seguros

Fotos: fotoAgencia
La noche puede ser una buena aliada si circulamos con nuestro scooter al haber menos tráfico, pero también puede ser muy traicionera si no maximizamos las precauciones debido a la menor visibilidad. Recuerda: "de noche, todos los gatos son pardos".

Según las estadísticas, durante la noche el tráfico disminuye un 60% pero el 42% de los accidentes más graves ocurren en estas condiciones (entre las 21:00 y las 5:00). En moto, debido a su menor visibilidad y volumen, este hecho se hace si cabe más patente. La conducción nocturna en scooter/moto está limitada a la visibilidad que nos proporcionan los faros y a la iluminación existente en la vía por la que circulamos. El problema es que cuanto más baja sea la proporción entre estos dos elementos menor tiempo de reacción tendremos para solventar los imprevistos. Si además, se tiene falta de costumbre, el problema se acentúa.

Circulando de noche se produce una disminución de la agudeza visual, se aprecian peor los obstáculos y se perturba el sentido cromático. Debido a la menor visibilidad, lo ideal es reducir la velocidad y circular con más de precaución que por el día. Y si no conocemos la zona por la que circulamos, con más razón. La menor densidad de tráfico facilita una conducción más relajada, pero no quiere decir que por ello debamos ir más rápido.

Aquí os enumeramos algunos consejos que pueden ser útiles conduciendo de noche por ciudad:

Actitud

Siempre debemos permanecer vigilantes, atentos y anticipar movimientos. Más que estar a la defensiva, debemos ser “omnipresentes” y controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor. También debes cuidar el reglaje de los retrovisores y mirar por ellos con la misma frecuencia que si fuese de día: no hay que perder las buenas costumbres.

Velocidad

Aunque haya menos tráfico nunca hay que confiarse. De noche siempre es mejor reducir la velocidad y bajar el ritmo, independientemente de la anchura que tenga la calle. Lo ideal sería ser capaz de parar del todo nuestro scooter ante un imprevisto dentro del campo de iluminación de los faros.

Cansancio

Si sales del trabajo tarde, empalmas con recados y, además, utilizas tu scooter para desplazamientos por ocio con la consabida cena con pareja/amigos, probablemente aparezcan síntomas de fatiga. Intenta no forzar “tu propio mecanismo”, no realices ingestas muy copiosas y, si realmente estás fundido, aparca y coge un taxi. Como decía el gran Stevie Wonder: si bebes no conduzcas. Un despiste siempre es malo, pero de noche aún más.

Visibilidad

Llevar siempre la luz de cruce encendida y con todo en orden no hace falta decirlo. En caso de que tu moto no se enciendan automáticamente, no debes olvidarlo: por la mañana es grave, pero de noche es una locura. El buen funcionamiento de la óptica de la moto es fundamental, tanto como el reglaje en altura de los faros. Si el delantero está demasiado alto, podemos molestar a los usuarios que circulan en sentido contrario o apuntar demasiado lejos en las rectas. En el paso por curva, el espectro se reduce quedando menos zona iluminada. Los catadióptricos traseros y la luz de matrícula son muy útiles a la hora de reflejar el haz de luz de los que vienen por detrás. Ojo con las luces de neón y los leds que no vengan de serie: los primeros son ilegales y más que indicar, distraen.

Deslumbramiento

Normalmente se produce por el haz de luz de otro vehículo que circula en sentido contrario o por el contraste producido al entrar/salir de un túnel. Dentro de ellos, la luz artificial suele ser muy potente, sobre todo si es blanca, y nuestras pupilas necesitan algunos segundos para adaptarse al cambio nada más salir. Si ocurre algo parecido, lo mejor es desviar la vista a la derecha y buscar la referencia de la banda blanca que separa los carriles.

Parabrisas

Ojo con la excesiva altura, el tintado y el propio diseño de los parabrisas, sobre todo cuando se monten como accesorio fabricado por alguna empresa paralela. Algunos terminan justo a la altura de los ojos, o su forma e inclinación puede distorsionar las imágenes. Otros están tintados, muy bonitos y estéticos de día, pero poco prácticos por la noche si son altos. En estos casos guardar una distancia por encima de la prudencial nos permitirá tener un mayor “horizonte” y podremos percatarnos con más anticipación en caso de que suceda algo delante del vehículo que nos precede.

Colores fluorescentes

No sólo debemos preocuparnos de ver por dónde vamos, sino también de que los demás vehículos adviertan nuestra presencia. Independientemente del color de la cazadora que usemos, nunca está de más llevar un chaleco amarillo fosforito bajo el asiento o usar prendas de colores llamativos o que tengan tiras reflectantes. Es útil tanto para proteger como para señalizar. El mercado está lleno de chaquetas con partes reflectantes en pecho, brazos, espalda y cuello. Si estás pensando en cambiar próximamente de cazadora de moto, no dudes en buscar alguna que disponga de estas tiras reflectantes, pues además de ser fundamentales para la conducción nocturna también mejorarán tu visibilidad durante el día.

Distancia de seguridad

Circulando detrás de un coche o de otra moto mantendremos una distancia de seguridad suficiente para evitar deslumbrarle cuando nuestra luz incida en su retrovisor interior.

Pantallas

Con una pantalla estándar de casco cumples en todos los usos, pero si quieres hilar fino, existen modelos de alta definición (normalmente naranjas o amarillas) que dan más claridad en condiciones de escasa iluminación. Si usas gafas o lentillas, siempre deben estar cuidadas y limpias, al igual que la pantalla del casco, en el que no debe haber rallajos. Durante la noche no es conveniente utilizar pantallas ahumadas, pues disminuirán considerablemente nuestra visión en los tramos que estén iluminados, y casi anularán nuestra agudeza visual en los tramos sin iluminación.

Condiciones climatológicas y obstáculos

Nieve, frío, heladas, vaho, niebla… el invierno es mal consejero para circular de noche, mientras que en verano los días son más largos y alargan las horas de luz. Con la bajada de las temperaturas en invierno, es normal que se formen algunas placas de hielo en el suelo que, curiosamente, siempre vienen a estar en el peor lugar posible: las curvas. Para evitar sorpresas desagradables de este tipo o de otro como encontrar una mancha de aceite o cualquier pieza suelta de algún vehículo en la carretera, será muy aconsejable que incrementemos las precauciones visuales, fijándonos bien en el asfalto, sus líneas e irregularidades. Así seguro que evitamos más de un susto.

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