ANESDOR, la patronal que agrupa a las empresas del sector de la moto, tiene por costumbre ir ofreciéndonos informes no solo relativos a las matriculaciones y características de las ventas del sector, sino también otro tipo de “radiografías” que nos muestran el uso que hacemos de la moto. Este año, el Estudio de Movilidad en Moto 2022 nos arroja unos interesantes datos tanto sobre los compradores de motos como, principalmente, las rutinas una vez la moto está en nuestro poder.
De entrada el informe resalta que siete de cada diez usuarios opta por una moto de carretera, mientras que el 19% optan por el scooter y solo un 12% se decanta por el offroad. Además, en lo que a cilindrada se refiere, los usuarios emplean más las motos de más de 750 centímetros cúbicos (48%) frente al 30% que opta por motos de entre 500 y 750. Un 18 se queda con el tramo de 125 a 500 y solo el 4% es usuario de 125. También y aunque el motosharing gana fuerza, el 96% de los usuarios es el propietario de la moto que conduce.
Aunque la moto está reconocida ampliamente como una buena manera de llegar al trabajo, solo el 50% de los usuarios la usa para ello. Eso sí, a la hora de disfrutar, el 78% reconoce que la emplea por razones de ocio y turismo. Además, hay un 9% de los usuarios para los que la moto es su herramienta de trabajo.
Para complementar la información sobre el uso de la moto, la media es de 5.960 kilómetros al año, una cifra algo inferior que en anteriores ocasiones. Aun así, el 70% recorrió entre 2.000 y 10.000 kilómetros, con un 20% recorriendo más de 10.000 y con el 10% restante realizando menos de 2.000 kilómetros al año. En cuanto a los recorridos en los que se utilizan, el empleo mixto en carretera y ciudad es lo habitual.
Este año, además, se ha notado un cambio en la utilización de la moto con un incremento de los trayectos cortos que suponen el 57% de los desplazamientos frente al 43% de los largos. Son considerados trayectos cortos aquellos que tienen una duración de entre 20 y 40 minutos, aunque aun así hay un 22% de usuarios cuyos trayectos están incluso por debajo de los 20 minutos. Precisamente ese tipo de usuarios ha crecido un 18% con respecto al estudio anterior y ha decantado la balanza a un uso de menor tiempo.
Por contra, los trayectos de entre 40 minutos y una hora son un 16% y de más de una hora un 27. En el global, los trayectos largos han descendido en un 48%, una cifra llamativa y en la que podría tener importancia el siguiente dato: el 66% de los usuarios cree que el mantenimiento del asfalto en ciudad no es adecuado y el 90% que el número de guardarraíles con sistemas de protección para motoristas no es adecuado. Por si esto fuera poco, el 44% piensa que las infraestructuras actuales para circular son muy peligrosas.
Por último, también se les ha preguntado por las maniobras habituales y cuáles perciben como más peligrosas. El 51% está de acuerdo en que los cruces son los más peligrosos, seguido por el 27% que considera que trazar una curva es lo más peligroso. Solo el 22% perciben los adelantamientos como la maniobra más arriesgada. De la misma manera, el 56% reconoció haber usado el arcén y solo el 30% afirmó no haberlo usado argumentando su ilegalidad y el peligro de circular por él.