Vivir aventuras en moto es algo que a casi todo el mundo le gusta. Es cierto que es café para los muy cafeteros, y que el límite de lo que uno considera aventura o no es bastante subjetivo. Es más, cuantas más aventuras has vivido, más alto es tu nivel de exigencia para considerarlo como aventura.
No hay nada que pueda garantizar que una aventura acabe en éxito, pero sí hay ciertos factores que hay que tener en cuenta siempre. Da igual que vayamos a hacer un viaje por dentro de España o que salgamos fuera, ciertas cosas no podemos pasarlas por alto.
Pero luego hay una ventaja obvia si viajamos por España, y es que estamos en casa, y toda la asistencia que podamos necesitar será mucho más sencilla de gestionar. Y por asistencia hablamos tanto de mecánica como en caso de que las cosas se pongan feas y tras un accidente necesitemos asistencia.
Por eso hay que llevar todo en regla al cruzar nuestras fronteras, asegurarnos de qué es lo que nuestro seguro cubre o no cubre y ampliar las coberturas en caso de que sea necesario. A esto podemos sumarles seguros personales de viaje y otro tipo de prevenciones que siempre vienen bien.
Pero si nuestra aventura es en países con menor desarrollo en infraestructuras que el nuestro, siempre el riesgo de que las cosas se compliquen va a ser mayor. Y es que no es lo mismo estar en lugares donde hay hospitales y grandes ciudades cerca que, por ejemplo, en carreteras que crucen zonas despobladas y que las zonas pobladas cercanas no estén desarrolladas.
Si la aventura sale mal, las cosas pueden complicarse un poco más
Un ejemplo cercano es el que ha vivido la motera Flora_mmg, que relataba su experiencia en Marruecos, espectacular por cierto, hasta que sufrió un accidente. Tuvo la mala suerte de que le cayera la moto encima y a pesar de llevar rodilleras, o gracias a ellas, sufrió una fractura de tibia y peroné.
Decíamos que gracias a ellas porque, precisamente, unas rodilleras de calidad anteponen la salud de la rodilla, más difícil de operar y recuperar, a la de tibia y peroné, exponiéndolos al esfuerzo que destrozaría nuestra articulación.
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El caso es que lo complicado en casos como el de Flora, ponen de manifiesto una realidad que nunca hay que perder de vista. Eso no quiere decir que no se pueda disfrutar de un país increíble como el de Marruecos ni de su gente, pero hay que tener claro los riesgos y asumirlos tal como ha hecho nuestra amiga.
Ella ya se recupera tras ser trasladada a España y operada, y está maquinando su próximo viaje al otro lado del estrecho. Y es que lo que ofrece nuestro país vecino en lo que a aventuras se refiere es, simplemente, espectacular. Si nos lees, ¡mucho ánimo y pronta recuperación!


