Últimamente el nombre de Kevin Schwantz suena muy a menudo, no tanto como cuando disputaba el Mundial, pero casi. Que si un rifirrafe con Alberto Puig, que si es expulsado del Circuito de las Américas, que si rueda en Goodwood con su RGV500, que si viene a España a dar un curso de conducción… Pero el titular lo dábamos a principios del mes de mayo cuando os contábamos que el piloto americano volvería a competir en las 8 Horas de Suzuka.
Para quien no conozca al “Pajarito”, así es como le apodaban cuando corría en 500 cc, os lo presento brevemente. Hablamos de uno de los pilotos más espectaculares que han participado en el Mundial de Velocidad. Sólo ganó un Mundial, el de 1993, pero siempre será recordado por su pilotaje extremo, derrapadas imposibles y antológicos piques con su mayor rival aquellos años: Wayne Rainey. Rivales pero amigos, tanto que Schwantz ha disputado esta carrera con una réplica del casco de Rainey. Tal fue su repercusión que su dorsal, el número 34, fue retirado de la categoría reina.
Pues bien, Schwantz ha vuelto a la competición, al menos por una carrera: las 8 Horas de Suzuka. Lo ha hecho con 49 años y 18 años después de retirarse en 1995 entre lágrimas por falta de motivación. Su reestreno ha sido en un equipo Suzuki de “viejas glorias” que el japonés Yukio Kagayama (39 años) ha formado para esta carrera de resistencia junto a Noriyuki Haga (38 años) y el propio Schwantz. Los tres suman 126 años.
La expectación era máxima, el tejano eclipsó a todos en Suzuka antes de empezar, incluso a los favoritos. Pero la carrera empezó con un pequeño susto: Schwantz sufrió una caída en los primeros libres y sin rodar demasiado deprisa, afortunadamente lo peor del golpe se lo llevó la pobre GSX-R1000. El americano salió ileso.
Luego en carrera no hubo incidentes reseñables, los tres pilotos del Team Kagayama rodaban a buen ritmo, los japoneses sobre todo, incluso acertaron al entrar enseguida a poner neumáticos de agua cuando empezó a diluviar 40 minutos antes de finalizar las 8 Horas de Suzuka. El resultado: un meritorio tercer puesto.
Schwantz estaba exultante al acabar la carrera, no esperaba subir al podio. El propio Kagayama al acabar la carrera le dijo: “¡Eres mi ídolo!”. Estoy completamente de acuerdo con el japonés. Otra de las cosas buenas que ha tenido la participación del ex campeón del mundo de 500 cc es que ha sido una de las ediciones con más público y más audiencia de los últimos años.
Gracias por todo Kevin.
