Mítico, espectacular, carismático, audaz, veloz… o, simplemente, Kevin Schwantz. El texano forma parte de otra época, sin duda .Pro es una leyenda de las más peculiares del Mundial de Motociclismo. El 34 que popularizó llegó a ser el más grande entre los grandes de finales de los ’80 y principios de los ’90, pero su historia es muy peculiar. La repasamos para cerrar el año en el que se cumplen tres décadas de su único título mundial.
Así que empecemos por el comienzo, volviendo otros 29 años más atrás hasta su nacimiento en Houston, Texas, el 19 de junio de 1964. En una época en la que los niños no solían montar en moto, el hecho de que su padre fuera un apasionado al trial y tuviera su propio concesionario de Ossa y, curiosamente, Yamaha, le hizo acercarse a este mundo.
Y es que aunque Kevin fue y es una imagen icónica de Suzuki, sus primeros pasos fueron con Yamaha, con quien debutó en las carreras de motocross y dirt track a los 12 años después de haber participado en competiciones de trial.
Es decir, con 12 años, Kevin todavía no había corrido en velocidad, pero es que siguió compitiendo a nivel local con éxito en Texas hasta que a los 19 años probó suerte en el AMA Supercross aprovechando la visita del certamen a Austin. A pesar de los triunfos locales, Kevin Schwantz no pudo clasificarse.
Y es entonces cuando aparece la velocidad, porque un amigo de su padre necesitaba un compañero para una carrera de resistencia que, de nuevo, hizo con Yamaha. A partir de entonces “nació” el Kevin Schwantz que conocemos, porque sólo un año después de aquello ya era profesional del AMA Superbike.
De hecho, Pop Yoshimura fue quien le abrió las puertas de Suzuki por mediación de Suehiro Watanabe, que le hizo una prueba y erminó siendo crucial. En su primera toma de contacto se acercó al récord de Willow Springs, y de ahí a lograr su primer doblete sólo pasó un fin de semana de competición.
Fue en 1986 cuando Kevin Schwantz apareció por primera vez con el ahora legendario 34, que heredó de su compañero del año anterior, Wes Cooley. Sus temporadas, como sucedería posteriormente en la etapa de 500 fueron buenas, pero no logró el título por unas u otras razones.
En muy poco tiempo Kevin Schwantz pasó del SX al Mundial de 500
Pero mientras competía en el AMA Superbike y ya en el ’86, Kevin se subió por primera vez a una 500 para participar en el Mundial. Una carrera meteórica porque en sólo tres años había pasado de no clasificarse para el AMA SX a formar parte de la parilla del Mundial de 500. Eso sí, solamente participó en cuatro carreras, para arrancar un punto en Bélgica y otro en San Marino al acabar décimo. En aquella época sólo los 10 primeros tenían recompensa.
En el ‘87 tres apariciones para acabar quinto en el debut del Circuito de Jerez en el campeonato, aunque las apariciones de aquel año solamente fueron para evolucionar la nueva RGV500, con la que pasaría a competir a tiempo completo en 1988.
El debut en el 88 fue magistral, con una victoria en el GP de Japón que abría la temporada. A partir de ahí comenzaba la leyenda forjada a base de duelos con Michael Doohan, Eddie Lawson, Wayne Gardner, Randy Mamola y, por supuesto, Wayne Rainey.
En total participó en 105 Grandes Premios, el último curiosamente el de Japón de 1995 y de nuevo con el 34 tras haber competido con el 1 en 1994. Solamente hizo completas 6 temporadas (participó en 10), porque el propio 94 se perdió los tres últimos GP. Pero nos regaló mucho espectáculo, logró 25 victorias, 29 poles, 26 vueltas rápidas y 51 podios.
Además de eso, fue uno de los pocos pilotos que ha pilotado en trial, dirt track, motocross, supercross, motos de serie, resistencia (donde por cierto volvió a competir casi con 50 años y en las 8 Horas de Suzuka subiendo al podio) y prototipos. Además, luego participó en diferentes carreras con coches, así que podemos decir sin duda que ha sido muy especial en todos los sentidos.