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SBK Donington 2013: los pilotos del Mundial se divierten el jueves

Fotos: worldsbk.com
Para calentar motores antes de la quinta carrera del mundial de Superbikes, algunos pilotos británicos e irlandeses participaron ayer en una hilarante competición a 3 desafíos: la batalla del péndulo, las peleas de pingüinos y la guerra de espuma.

La diversión ha sido la principal protagonista de la jornada del jueves en el Campeonato del Mundo eni FIM Superbike, que se celebrará este fin de semana en el circuito de Donington Park. Finalmente, de los ocho pilotos presentes sólo seis tomaban parte activamente en los juegos habituales pre-carrera, ya que ni Leon Camier ni Leon Haslam se encuentran físicamente al 100% por sus recientes lesiones.

De esta forma, los participantes se dividían en tres parejas: Tom Sykes (Kawasaki) y el líder de la clasificación de Supersport Sam Lowes (Yamaha) formaban una de ellas, mientras que el piloto de Aprilia Eugene Laverty hacía lo mismo con uno de los hombres de BMW, Chaz Davies. Por último, Jack Kennedy (Honda) y Christian Iddon (MV Agusta), pilotos de la parrilla de SSP, componían el tercer equipo.

La “batalla del péndulo” mantenía a los pilotos en equilibrio sobre una plataforma giratoria mientras intentaban esquivar un péndulo lanzado por los equipos rivales. La pareja ganadora sería la de Kennedy e Iddon, que se las arreglaban para sobrevivir sobre la plataforma.

Sam Lowes, líder del mundial SSP 2013, ganó en la prueba de la

El siguiente reto llevaba a los pilotos a subirse a un cuadrilátero ataviados con trajes de pingüino para demostrar su habilidad en el combate. Las dos peleas finales eran vencidas por Iddon y Sykes, éste último sorprendiendo a todos con sus movimientos poco ortodoxos para doblegar a su correoso oponente, Chaz Davies.

Sin embargo, el piloto galés tendría ocasión de vengarse en la prueba final frente a Eugene Laverty, ambos enfrascados en una batalla contra el cronómetro para extraer el mayor número posible de calcetines sucios de una descomunal lavadora hinchable y llena de espuma. Para delirio del público Sam Lowes se tomaba muy en serio su misión, lanzándose al desafío vestido únicamente con ropa interior.

Tras el cómputo final de los resultados en cada prueba Christian Iddon y Jack Kennedy se proclamaban vencedores, recibiendo como premio una botella de vino espumoso Prosecco. También se elegía al mejor participante entre el público, resolviéndose esta cuestión con el empate entre Tom Sykes y Sam Lowes.

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