Ha sido un fin de semana muy caluroso en todos los sentidos. En pista, porque la temperatura no bajó de 30 grados ambientales ni 50ºC sobre el asfalto. Y en el paddock, porque nuevamente hubo quejas de perjudicados/favorecidos por los neumáticos de MotoGP… ¡aunque fueron otros que en Italia! Si allí los pilotos Honda fueron los que protestaron, aquí han sido los de Yamaha. A la vista de las hojas de tiempos y el resultado final, hay que decir que tanto unos como otros tenían su razón, en Mugello y en Montmeló.
Lo que me parece más “divertido” del asunto éste de los neumáticos, es que cuando Michelin anunció el neumático que iba a ofrecer a partir de ahora hace dos carreras, quienes más se quejaron fueron ¡los de Ducati! Y mira por dónde si alguien ha salido ganando, han sido precisamente ellos. Dos victorias consecutivas, dos carreras consecutivas con Jorge Lorenzo delante las primeras vueltas… El sábado, espectacular: no hubo ninguna Yamaha directa a la Q2, y sí estaban casi todas las Ducati de la parrilla.
El sábado, de hecho, todas las quinielas apostaban a una carrera “de libro” de Pedrosa, que no sólo era el más rápido (marcó la pole con margen) sino que tenía ritmo y, por su fino pilotaje y poco peso, debía sufrir menos en las últimas vueltas. Y todo eso en su circuito de casa. Por algún motivo que Dani no alcanzó a (o quiso) explicar, a la hora de la verdad se encontró como los demás: sin agarre. El asfalto de Montmeló ya es antiguo y no sólo ofrece poco agarre, sino que degrada las gomas; esto, y l*a chicane que hubo que desechar el viernes*, han puesto en el punto de mira un circuito que Dorna no quisiera ver desaparecer del Campeonato, pero que necesita reaccionar bien a esas críticas.
MotoGP: ganar sin despeinarse
Parecía pues una carrera que sólo el propio Dani podía perder, pero no fue así. Incluso Márquez, que estuvo el fin de semana más tiempo levantándose de sus caídas (una en pit lane incluída), fue capaz de seguir el ritmo de Pedrosa y mejorarlo al final para dejarlo atrás y acabar segundo. Sí, segundo… ¿Qué mérito tuvo el ganador? Mucho, porque hay que estar ahí. Pero el propio Dovizioso, tan emocionado siete días antes con su valioso triunfo en Mugello, estaba tranquilo y hasta sorprendido aquí. Reconocía que no terminaba de entender por qué los demás sudaron tanto… En carrera se le vio muy tranquilo tras la salida, más tranquilo todavía rodando tras el líder Pedrosa (se salía en la recta para refrescarse y no perdía ni un metro sin apurar), y cuando consideró que era el momento pasó a Dani sin esfuerzo y se escapó lo bastante para evitar a Márquez malas tentaciones. Andrea es un tipo cerebral y tranquilo (para ser piloto) pero fue sincero: nos dejó sorprendidos saludando al público en las últimas curvas de la última vuelta.
La velocidad de la Ducati fue una clave en este GP, como lo fue en el anterior, aunque la recta no sea tan larga. Y la combinación de esos nuevos Michelin, con el chasis Ducati, y el caliente y resbaladizo asfalto barcelonés, fue otra clave. Para las Yamaha de eso no hay duda: se confirma otra vez más que cuando el agarre falla, sufren mucho más que las Honda, y así fue aquí. No hay mal que por bien no venga: Viñales acabó décimo (pudo ser peor) y, digamos, no estaba muy contento, Rossi (octavo) tampoco, pero el Mundial vuelve a estar abierto gracias a esto. “Abierto”, esto es, si en las próximas carreras esta reciente, y temible, combinación Ducati-Michelin-Dovizioso no sigue siendo tan eficaz…
Moto 2: Márquez y punto
Durante todo el fin de semana, cuando las Moto2 estaban en pista siempre teníamos el mismo nombre en lo más alto de la tabla clasificatoria: Álex Márquez. El domingo a la hora de la verdad no hubo cambios… Excelente salida, increíble primera vuelta (más de 1,5 segundos de ventaja al primer paso por meta) y a partir de ahí a aumentar distancia hasta unos 4 segundo y mantenerla. La clave podía estar en el calor reinante y la elección de neumáticos, porque detrás de Márquez, aunque lejos, rodaba este revivido Pasini que tan bienvenido es (incluso el público le ovacionó a su llegada al parque cerrado). Pasini llevaba compuestos más duros, pero dio igual, era el día del Márquez pequeño y nadie pudo estropear su fiesta.
Mantuvo la concentración, aguantó la presión (notable) y de propina su compañero y máximo rival para el campeonato, Morbidelli, sumó otro mal día acabando sexto. Luthi, el tercero en discordia por este título, estuvo en el podio, así que Álex no recortó tantos puntos en su caso, pero la provisional se aprieta y la emoción aumenta de cara a las próximas carreras de Moto2.
Moto3: Mir sigue mandando
A pesar de ser la categoría más igualada e incierta, con carreras emocionantes que se deciden en las últimas curvas, parece que Moto3 sigue el patrón de los últimos años. Es decir, que pese a la igualdad, siempre hay un piloto que “manda”. Lo vimos con Danny Kent, con Brad Binder, y lo estamos viendo con Joan Mir. Ojalá no nos equivoquemos y eso signifique que el líder del Mundial llegue en esa posición al final del año proclamándose Campeón. De momento este fin de semana ya ha firmado su siguiente paso, que no puede ser otro que saltar a Moto2 en un buen equipo (Marc VDS) con un buen contrato (tres años).
Pero el dominador de la carrera debía ser otro que Joan Mir: Jorge Martín había sido, como Álex Márquez en Moto2, muy rápido todo el fin de semana y su “pole” en la parrilla le daba ventaja. Por desgracia, se durmió en la salida y aunque enseguida estuvo en el grupo de cabeza, la recta del Circuit y los rebufos impedían cualquier escapada. En ese grupo de cabeza, una vez más, sólo había Hondas. Sólo la KTM de Ramírez se dejó ver al final… Martín supo estar delante en la última vuelta, y casi lo consigue hasta el final: Mir le sorprendió con un excelente adelantamiento “estilo Rossi sobre Lorenzo” a dos curvas de la meta. La clave, además de la calidad y valentía del mallorquín, su confianza en el tren delantero de su Honda, porque es el rey de las frenadas en Moto 3.
