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La Ruta de los Exploradores Olvidados llega a Sudán

Fotos: Silvestre/Sornosa
Miquel Silvestre y Alicia Sornosa ya han cruzado el Lago Nubia desde Asuán a Wadi Halfa. Dan así un gran paso adelante en su búsqueda de las fuentes del Nilo Azul descubiertas por el jesuita madrileño Pedro Páez en el siglo XVII. Etiopia está ya a menos de dos mil kilómetros de arena y sol. Una vez alcancen Gondar, habrán dejado atrás el Sahara oriental, el desierto más grande del planeta.

Tras superar con éxito las complejidades burocráticas de la aduana en Alejandría y visitar su moderna biblioteca, los aventureros consiguieron sus visados para Sudán en la caótica ciudad de El Cairo.

La siguiente etapa a lo largo del fértil valle del Nilo les llevó a la antigua ciudad de Tebas, donde visitaron el Valle de los Reyes y los templos de Luxor y Karnak, unidos por una larga avenida o “dromos” flanqueada por mil esfinges. La vía empedrada estaba completamente sepultada pero recientes excavaciones la han ido dejando al descubierto toda su magnificencia.

Ruta de los Exploradores Olvidados: a las puertas del templo de Karnak (Tebas)

El proyecto arqueológico de Luxor pretender despejar toda la zona expropiando las viviendas y negocios del centro urbano, lo que ha supuesto protestas y descontento popular. Debido a la situación de desgobierno e incertidumbre que vive el país, que sufre una gran declive del turismo como consecuencia de la caída del régimen de Mubarak, toda la operación ha quedado suspendida.

Asuán ha supuesto la última etapa en Egipto. La ciudad es mundialmente famosa por la gran presa llevada a cabo por Nasser en los años cincuenta con apoyo económico y técnico de la Unión Soviética. La obra supuso el final de las periódicas inundaciones que asolaban el Valle del Nilo y el traslado piedra a piedra del templo de Abu Simbel para salvarlo de la consecuente inundación.

Más allá comienza Sudán, solar del milenario reino nubio con capital en Dóngola y sus afiladas pirámides como las de Merowe, pero también del misterioso enclave cristiano de Makuria capaz de resistir durante casi diez siglos, del VII al XVII, al invasor árabe que islamizó todo el norte de África desde el Mar Rojo hasta el océano Atlántico.

A pesar de existir ya una carretera asfaltada que une los dos países que comparten la fertilidad del Nilo, su tránsito no está permitido por las autoridades militares. La Ruta de los Exploradores Olvidados tuvo que embarcarse junto a sus motos y enseres en los maltrechos navíos fluviales, uno para vehículos, el otro para pasajeros y mercancías, que cruzan semanalmente el Lago Nubia.

Ruta de los Exploradores Olvidados: ferry ente Asuán y Wadi Halfa

Posiblemente este ferry de Asuán a Wadi Halfa, cuya travesía dura unas veinte horas, sea uno de los más desorganizados, sucios y atestados medios de transporte internacional que puedan encontrarse ahora mismo. La singladura por el mítico río Nilo ha supuesto una auténtica experiencia para nuestros aventureros bastante alejada de los lujosos cruceros para turistas.

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