Mientras los test de Moto2 y Moto3 siguen su curso en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste, la noticia más llamativa del día llegaba de la capital del Turia, pero protagonizada por un piloto de MotoGP. Héctor Barberá fue sorprendido en un control rutinario de la Policía Municipal, tal y como informaba el periódico Las Provincias, conduciendo un Maserati por las calles de Valencia. Hasta ese punto todo correcto, si no fuera porque a Barberá ya le habían retirado el permiso de conducción por dos años y dos meses tras un incidente protagonizado en 2012. Esto supuso la detención y puesta a disposición judicial del piloto y la inmovilización inmediata del vehículo. En el día de hoy Héctor Barberá ha declarado ante un juez que lo ha condenado a una multa de 3.600 €. Y no es la primera vez que el piloto de Avintia Racing se ve envuelto en asuntos turbulentos. Además de los citados incidentes automovilísticos la temporada pasada tras el GP de España disputado en Jerez protagonizó junto a su entonces pareja uno de los capítulos más lamentables que se pudieran imaginar tras una pelea entre ambos.
Pero Barberá no ha sido el único piloto de MotoGP que se ha visto envuelto en casos que van más allá de lo legal. Aleix Espargaró cometió una infracción a las puertas de MotorLand Aragón en los días previos al GP de 2010 y la Guardia Civil estaba allí para apercibirle. Para sorpresa de todos, incluido el propio Aleix, no contaba con puntos en el carnet, algo que fue posible gracias a un fallo en las notificaciones. Igualmente Espargaró fue multado y a buen seguro aprendió la lección.
Más cercano en el tiempo está el caso de Dani Pedrosa que fue sorprendido intentando aprobar el examen de Patrón de yate haciendo trampas mediante una organizada trama que cobraba a los “alumnos” por hacerles la vida más fácil.
