Es muy importante de cara a reducir los costes (y con ello que los fabricantes amorticen su inversión) y garantizar la igualdad, los reglamentos permanezcan sin cambios durante cierto tiempo. En MotoGP, un campeonato de prototipos, es relativamente sencillo pero en Superbikes con motos derivadas de serie, el reglamento debe adaptarse a los cambios decididos por el mercado.
Si bien para 2020 el Campeonato del Mundo de Superbikes no sufrirá cambios, Dorna ya trabaja en interesantes propuestas para 2021. La más importante es una evolución de la categoría de SSP300 (Supersport 300) hacia motos de mayor cilindrada, algo que ya estamos viendo en la calle donde cada vez abundan más motos de 400 cc y 500 cc.
La escalada de cilindrada permite mantener la potencia frente a las restricciones medioambientales (aunque motos de cilindradas inferiores permanecen, pero con menores prestaciones que antes). Y es lógico que Superbikes se adapte a estas nuevas cilindradas.
Los primeros borradores se basan en motos de 500 cc (podría incluso valorarse hasta 600 cc), con muy poca preparación e incluso con la posibilidad de incorporar modelos de corte naked, no sólo deportivas. Aplicando el mismo BOP (Balance of Performance) o lo que es lo mismo, igualando prestaciones como se hace en SSP300, motos con diferentes configuraciones de motor podrían competir juntas.
Pero claro, esta mayor cilindrada entraría en conflicto con la actual categoría de SSP600 (Supersport 600), a la que se aproximaría en el tipo de motos pero con menores preparaciones. Da la impresión que volveríamos a tener un SSP600 y un STK600.
Así SSP600 evolucionaría como SSP300 a las necesidades del mercado. Es decir, motos Supersport de mayor cilindrada o con diferentes configuraciones de motor. Por ejemplo los motores bicilíndricos de la Aprilia RS 660 o la Norton Superlight podrían tener cabida en este nuevo reglamento.
Habrá que ver cómo evoluciona el mercado y, con ello, el reglamento de Superbikes 2021.