Cal Crutchlow continúa recuperándose de la lesión que sufrió después de irse al suelo en la primera curva de Philip Island durante el FP2. Inmediatamente después del accidente, el piloto del LCR fue evacuado al centro médico del circuito donde se le diagnosticó una fractura en el maléolo y de la parte interior de la tibia derecha. Así comenzaba el calvario del británico, que ha tenido que superar dos operaciones y un largo periodo de recuperación, en el que todavía sigue.
Han pasado casi tres meses desde aquella caída y Crutchlow se encuentra mejor y ha concedido una entrevista a Superbikeplanet.com en la que cuenta todos los procesos que ha tenido que atravesar durante estos meses. Por la gravedad de su lesión, cualquiera en su lugar no pensaría ni siquiera en intentar volver a subirse a la moto. Pero Crutchlow ya está pensando en los test de Sepang que serán en menos de dos semanas, aunque reconoce que no sabe si su tobillo está preparado para volver a subirse a la moto: “Siento que el tobillo es fuerte, no hay duda de eso, pero ¿*es lo suficientemente fuerte como para volver a la moto*? No tengo ni idea”.
Tras diagnosticarle la doble fractura en el maleólo y la tibia, Crutchlow fue trasladado a un hospital de Melbourne en el que se sometió a una primera operación. La fractura de la articulación del tobillo, que es lo que sufrió Cal, sucede cuando el astrágalo y parte del pie han sido atravesados por la tibia y el peroné. El británico tenía la tibia fracturada en dos puntos, el peroné en uno y el astrágalo en dieciséis puntos. Así explica el piloto cómo fue la intervención a la que se sometió: “Pasé por una reconstrucción, bloquearon la tibia con suficientes placas y reconstruyeron el astrágalo en el punto de unión entre ellos y luego dejaron el peroné. La razón por la que lo hicieron fue porque no podían colocar más placas en ese momento, ya había demasiado metal en un espacio pequeño”. Cal afirma que “fue una lesión grave, sinceramente una lesión muy grave”.
El del LCR pasó seis semanas sin poder andar y sin poder poner ningún peso sobre su pierna, aunque sí que podía montar en bicicleta. Además, luego tuvo que superar un contratiempo que surgió durante la rehabilitación. Cuando comenzó a andar todo fue bien, pero luego un nervio de esa zona del tobillo comenzó a inflamarse y tuvo que estar sin andar nuevamente otras dos semanas y media. Hoy en día el británico puede volver a andar, aunque con mucho dolor.
“No creo que la gente entienda la gravedad de mi lesión, debo admitir que quizás tampoco lo hice”, admite Crutchlow, “solo pensaba ‘Me rompí el tobillo. Genial. Arréglalo, sácame de aquí’ pero no fue tan sencillo como eso”. El piloto británico cuenta que “los doctores estuvieron muy cerca de fijarme el tobillo porque estaba muy mal”, lo que hubiera supuesto muy probablemente poner fin a su carrera como piloto. Y aunque todo este tiempo de recuperación puedan parecer muchas, el propio piloto explica que el tiempo “normal” de recuperación de esta lesión suele ser de hasta doce meses.
Sobre la caída, Cal dice que “tuve mala suerte. Me he caído otras veces de la moto, desafortunadamente es parte del trabajo, pero siempre he tenido suerte con las lesiones”. Cuenta que cuando cayó iba a alrededor de 320 km/h. “Me resbalé en el piano al final de la recta, hacía viento y el piano estaba mojado. En ese momento tenía dos opciones: mantener la moto en la curva o ir directamente al césped”. Cal pensó que la mejor opción sería la primera, pero aún así no pudo evitar la caída.