El ser humano es impredecible y, en pleno siglo XXI, cuando ya creíamos haber visto de todo, todavía nos sorprendemos con una filmación de hace 80 años grabada por la francesa Pathé que nos produce una sensación de estupor, mezclada con algo de miedo y admiración. Y es que en algún lugar de Australia, hubo un par de individuos que competían en una carrera de cuadrigas sustituyendo los caballos por motos y las cuadrigas por barricas de vino adaptados, (que probablemente, los participantes ya habrían ingerido antes en grandes dosis) en algo parecido a un hipódromo.
En el vídeo queda claro que el ritmo de carrera es más rápido de lo que podríamos imaginar, teniendo en cuenta que las motos parecen ir aceleradas y las riendas únicamente controlan la dirección para girar. Los chasis rígidos de estas motos tampoco ayudan a absorber bien los baches y, desde luego, queda clara la pericia-locura de los riders, que consiguen mantener la trazada como si tal cosa en una sincronía perfecta de aerodinámica y flat-track. El equipamiento de los aspirantes a gladiadores tampoco tiene desperdicio: un buen disfraz de romano, pantalones cortos y ausencia de protecciones, «of course». Mientras no se les enrede la capa con la rueda de coche, vamos bien…
Las dudas que nos asaltan tras visionar este escalofriante documento son: ¿A quién se le ocurrió semejante idea? ¿Salieron ilesos de la batalla? ¿Había más corredores? ¿Cómo frenaban las motos?
Cabe destacar que en los Juegos Olímpicos de la Antigua Grecia, al igual que en los Juegos Panhelénicos, había carreras tanto con carros de cuatro caballos (tethrippon) como con carros de dos caballos (synoris). Las carreras de carros se incorporaron por primera vez a los Juegos Olímpicos en el 680 d.C. aunque, al contrario de lo que dice la leyenda, no fue el evento que los fundó. Sin duda, este vídeo es un buen ejemplo de «carrera Synoris V-Twin».
