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No son niños, son niñatos (y no importa su edad)

Ni aprenden ni quieren aprender

Fotos: MotoGP/SMN
Que el mundo de las carreras es especial lo sabemos todos, hay que ser especial para dedicarte a un deporte que lleva intrínseco el peligro más alto que puede haber. Aun así, algunos a veces se pasan de “especiales”.

2021 está siendo un año especialmente duro en lo tocante a accidentes y este fin de semana no ha sido menos. Afortunadamente, todo se ha saldado con un susto y es que, como decía hace sólo una semana, para que un accidente acabe en desastre hay muchas cosas que deben salir mal. Ayer tuvimos suerte y hoy Migno, Alcoba y Acosta se van a despertar con dolores por todo el cuerpo y ya. Todo fue una reacción a la acción de Öncu, pero fue una acción que hemos visto decenas de veces, que hemos denunciado desde hace tiempo y que hasta ayer no se tomaron drásticas decisiones. Öncu hizo mal, tremendamente mal, pero no fue el primero aunque espero que sea el último. Se va a quedar dos GP en casa, lo que me parece muy bien y, lo digo abiertamente, una sorpresa viendo la dejadez de funciones que habían tenido los comisarios hasta la fecha. A ver si de una vez la cosa cambia y no es solamente una decisión tomada por las circunstancias que venimos viviendo.

Pero esta columna de opinión no va sobre la peligrosa acción de Öncu, sino del comportamiento visto en general una vez más este fin de semana, y que me hace pensar que a muchos pilotos les parece que todo esto no va con ellos. Ahora cruzamos el charco momentáneamente hasta Portimao, donde el WSBK estaba celebrando su antepenúltima ronda, última para los pilotos de SSP300. No hace falta decir nada sobre esa categoría y sobre lo que pasó en Jerez donde perdimos a Dean. Pues bien, esa misma categoría ¡tuvo que ser parada por dirección de carrera en el clasificatorio! ¡Bandera roja para darle la charla a los chavales por lo que estaban haciendo! ¿En serio? ¿Vienes de donde vienes, de llantos, minutos de silencio y a los cinco días te tienen que parar porque te suda todo? De verdad que no entiendo ese comportamiento, que no es teórico que te puedes hacer mucho daño, que has visto como un compañero tuyo se dejaba literalmente la vida hace cinco días.

Ahora nos volvemos al otro lado del Atlántico y aterrizamos en Texas durante la primera carrera de Moto3. Caída fea de Salac, que tiene que ser atendido en pista y hay que mostrar bandera roja. Una bandera roja que se aprovecha para llevar al piloto en ambulancia por la pista porque se llega más rápido al centro médico que por los viales (bien por ese diseño de Tilke). El caso es que el piloto que lidera, Izan Guevara, uno de los grandes talentos de su generación, al mostrarse la bandera roja cuando tenía todo encauzado se pone a gesticular ¿Acaso no te das cuenta de qué significa una bandera roja? ¿Te piensas que la sacan para fastidiarte? En un deportista de élite ese comportamiento me chirrió, pero más lo hizo el verle unos cuantos minutos después cuando se reemprende la carrera, vuelve a liderar, a mostrarse como una auténtica bestia y el amortiguador de su GASGAS se rompe. 

Salac tuvo que se atendido tras su dura caída en carrera

Entiendo que ante una situación así te frustres, tenías tu primera victoria en el año de debut en tu mano, entiendo que llores, entiendo que te enfades, pero ni entiendo ni apruebo ni justifico el comportamiento incalificable que tuvo al llegar al box. ¿Pero qué es eso de dar patadas a las cosas? En el box todos los que están merecen respeto, porque cuando tú la cagas y destrozas la moto, ellos son los que echan las horas que hagan falta para dejarla lista, Cuando no te salen los tiempos, ellos son los que se vuelven locos para encontrar por qué no va la cosa como debiera, y cuando no estás inspirado ellos siguen remando porque, no lo olvides, el motociclismo es un deporte de equipo. Ahora, he de reconocer que más triste que el comportamiento de Izan me pareció la justificación que dio Ernest Riveras diciendo que “si se le permite a Novak Djokovic cómo juzgar a Izan”. Ahí ya me quedé ojiplático ¿Vamos a justificar desde los medios estos comportamientos?

La gestión psicológica en el deporte de alto nivel es vital, es fundamental, y consentir estas pataletas de niñato maleducado no hace ningún bien al motociclismo. Sin embargo sí refleja un egoísmo atroz, donde ya no hay compañeros de pista sino rivales a los que batir a toda costa. Donde no importa absolutamente nadie más que tú y cambias de dirección en una recta a 240 o te paras en medio de la pista, o chocas voluntariamente contra otro piloto.

Que en este fin de semana en dos categorías tengamos (al menos) tres ejemplos de este nivel de desprecio a los compañeros de profesión (sean otros pilotos o equipo) implica que hay mucho que cambiar, que las cosas no se están haciendo bien desde la base y que hay que tomar cartas en el asunto. La cuestión no es que corran o no corran niños, la cuestión es hacer que esos niños no sean unos niñatos, y entiendan qué está en juego y si no son capaces de entenderlo, tengan 15, 25 o 35 años se queden en casa. Respeto, respeto y respeto, no hay otra alternativa.

David Robledo
David Robledo
La pasión por las motos me viene desde la cuna. En casa la afición de la moto de mis padres, especialmente mi padre, nos hizo vibrar cada domingo y viajar a las carreras. Así que el momento de flirtear con las carreras llegó y durante un tiempo jugué a eso de ser piloto (en motocross, que no había dinero para más). Colgadas las botas y el casco llegó el paso natural, seguir en las carreras al otro lado del muro y en eso llevo desde 2007 trabajando con equipos y pilotos primero y como parte de Soymotero.net desde unos años después. ¡Siempre full gas!

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