Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

Vespa-CBR Repsol: ¿para ir a por el pan?

Fotos: MDG
Si aprecias la versatilidad y economía de un scooter, eres un amante de las clásicas, te gusta la competición y al mismo tiempo te resistes a dejar tu supersport aparcada en el garaje, esta Vespa "cuatro en una" puede interesarte. Los 105 CV de un motor Honda CBR 600 F3 de finales de los '90 siempre son bien recibidos...

Las míticas Vespa siempre se han considerado unas motos urbanas, polivalentes y muy útiles en el día a día. Incluso se han empleado para competir, algo que aún sigue sucediendo en estos tiempos, pero lo que es innegable es que el scooter italiano tiene una carencia y es la falta de potencia en comparación con modelos deportivos o ruteros. Lógicamente, la idea de Piaggio no ha pasado nunca por convertir la Vespa en un referente deportivo, si no en el aliado ideal para vencer al tráfico de las grandes urbes.

Este razonamiento, tan lógico y coherente, no debe ser compartido por el creador de esta versión que nos ocupa, ya que ha tomado por buena la opción de acoplarle a su “vespita” un motor de Honda CBR 600 F3 (1995-98) capaz de rendir *más de 100 CV, toda una declaración de intenciones.

Como es obvio, el motor japonés no entra en el espacio del motor original de la Vespa, por lo que la única opción medianamente coherente es la de situarlo en el centro de la moto, el espacio que habitualmente ocupan las piernas del conductor, que ahora pasa a adoptar una postura más propia de una chopper. Las mejoras de este misil tierra-tierra no quedan ahí. También se ha provisto a la moto de un basculante trasero reforzado, que sea capaz de asumir la entrega de potencia del motor.

El apartado frenos también se ha mejorado, y es que lo difícil no es hacer correr esta moto, si no pararla con seguridad y en un plazo razonable. No hay que perder de vista el hecho del peso ganado con el motor. Para solucionarlo, se han encargado de instalar un doble disco delantero y un solo disco atrás.

Tampoco se ha descuidado el tema del peso en las suspensiones. Por ello han decidido cambiar el sistema entero, poniendo unas barras convencionales recortadas y con muelles en el tren delantero y también dos amortiguadores en el trasero.

No sabemos si será la Vespa más rápida jamás construida o si por el contrario será un invento incapaz de ser pilotado más allá de una recta. Lo que sí está claro es que sea cual sea el lugar en el que uno aparezca con este artefacto, decorado además con los colores de Repsol, no pasará desapercibido.

Lo último

Lo más leído