Ahora que tenemos cerca el GP de España en Jerez, y que hemos visto a cientos de personas en moto llevando al corte de encendido la moto por las calles de la ciudad gaditana y del Puerto de Santa María, quizás es un buen momento para hablar de las motos y el ruido. Como colectivo, los moteros siempre han estado en el punto de mira por el ruido y las acciones que realizan algunos. No hay que olvidar que la moto es sinónimo de libertad, pero que la libertad conlleva unas responsabilidades para que todos los que nos rodean sigan teniéndola.
Sin llegar a ponernos en plan filosófico, y sin querer entrar más en profundidad en las barbaridades que se pueden ver coincidiendo con el GP, lo cierto es que el ruido es molesto. Puede que a ti como usuario te guste ir oyendo los petardeos de la moto, o una moto sin Db killer, pero al resto del mundo no. Y por resto del mundo entendemos no sólo a las personas sino al resto de seres vivos que habitan un planeta, y que no es propiedad del ser humano.

Tampoco es que haya que ponerse en plan Greta Thunberg, pero sí hay que ser conscientes de todo lo que nos rodea y de las verdades, aunque no sean de nuestro agrado. Lo cierto es que, tal como demuestran diferentes informes, una moto ruidosa no es una moto segura. De hecho, para que un coche nos oyera a 15 metros de distancia tendríamos que emitir 135 dB. El umbral del dolor está situado a 140 dB, pero las lesiones pueden llegar a partir de los 90 dB. Pero para dar una muestra de la barbaridad de ruido que son 135 dB para sólo oirnos a 15 metros de distancia, un avión despegando alcanza los 130 dB.
Por contra, una moto o un vehículo ruidoso en general contribuyen a la contaminación acústica tanto en la ciudad como en la carretera. A día de hoy y con datos de nuestros vecinos de Francia, al año se destinan 147.000 millones de euros del sistema sanitario para paliar los efectos del ruido y de este montante, el 89% es causado por el tráfico rodado. En cuanto a las enfermedades que genera está el trastorno del sueño (54%), molestias varias (40%) y enfermedades cardiovasculares (6%). Obviamente en este caso los principales problemas vienen dados en las grandes poblaciones y en las ciudades, aunque las zonas más rurales también tienen estos problemas especialmente en periodos vacacionales y los fines de semana.
Como colectivo la mayoría cumplen las normas, pero lo cierto es que los que no las cumplen suponen un lastre para todos los demás. Es por eso que en algunos países se están poniendo muy serios con el asunto y las multas son una constante para quien no cumple las normas. Sólo es cuestión de tiempo que antes o después estas medidas nos afecten en España.