De los vehículos de movilidad privada, el ciclomotor es el único que tiene una velocidad máxima limitada físicamente. Aunque motos y coches no pueden superar los 120 km/h en las autopistas de manera legal, el coche o la moto no deja de correr una vez llegado a los 120. Con los ciclomotores esto no es así ya que tienen los conocidos topes que, de manera legal, no pueden ser eliminados y que suponen una barrera real para superar los 45 km/h.
Pero mientras que los ciclomotores no pueden ir más rápido de 45, estamos viendo como hay patinetes eléctricos que están a ese nivel y aunque sea ilegal es habitual observarlos en las grandes ciudades, al igual que las bicicletas con ayudas. El caso es que, además, resulta que las velocidades en las ciudades pueden llegar hasta los 50 kilómetros por hora, y el que un vehículo que legalmente puede circular por ellas no pueda alcanzarlos hace que algunos pidan un nuevo límite para los ciclomotores.
Hay que recordar, que además de la limitación de velocidad, los ciclomotores no pueden viajar legalmente por autopistas o determinadas vías. Es decir, el uso del ciclomotor está relacionado intrínsecamente con la movilidad urbana y son un gran recurso, pues son fáciles de mantener, económicos en términos generales, fáciles de conducir y se puede hacer tanto con licencia como si se está en posesión de cualquier permiso de conducción.
En realidad, los ciclomotores ya sean eléctricos o de gasolina, son una mejor alternativa a la movilidad personal que los patinetes en muchos sentidos. De entrada tienen que disponer de seguro y matrícula, pasar ITV y su conductor debe saber (al menos en la teoría) circular y controlar el vehículo. Por si todo esto fuera poco, el conductor y el acompañante en caso de que pueda llevarlo deben llevar cascos de moto homologado.
Si tenemos en cuenta todos estos aspectos y uno importante, que es que generan más movimiento económico que un patinete, lo más lógico sería esperar que las administraciones fomentasen el uso. Sin embargo es todo lo contrario y a pesar de que los límites en ciudad son superiores, el ciclomotor sigue con su limitación que puede llegar a que un vehículo que, irónicamente, puede generar retenciones de tráfico cuando en realidad es una herramienta perfecta para evitarlo.
Por ahora en Alemania están luchando para revertir la situación y permitir que los ciclomotores puedan llegar a los 60 km/h. Una medida que ya ha conseguido más de 41.000 firmas, aunque serían necesario llegar hasta las 50.000. ¿Llegará este movimiento a España?