En estos días ha sido subastada la que para muchos es posiblemente la primera motocicleta fabricada y comercializada en serie. Al menos eso es lo que se desprende de la descripción que hace la casa de subastas Bonhams del lote en el que estaba designada esta Hildebrand & Wolfmüller de 1894. Según parece la unidad en cuestión es posiblemente la más antigua de cuantas queden aún con vida, tras casi 130 años de historia. Esta pertenece al número de chasis 619 y número de motor 69.
Según hemos conocido por los compañeros de Ride Apart, hace unos días fue subastada esta reliquia en la sede parisina de la célebre casa de subastas. Diseñada y fabricada al final de la década de los noventa del siglo XIX, es obra de los hermanos Heinrich y Wilhelm Hildebrand que contaron con la ayuda a lo largo del proyecto de Alois Wolfmüller, un ingeniero e inventor alemán y su mecánico Hans Geisenhof.

El modelo en cuestión está equipado con un monstruoso motor bicilíndrico de cuatro tiempos de nada menos que 1.489 cc, y capaz de desarrollar una potencia máxima final de apenas 2,5 CV a 240 rpm. De esta forma lograba catapultase hasta los 45 km/h, que visto en perspectiva desde este 2023 nos puede parecer poco, pero que para la época debía de ser o más parecido a un misil tierra-tierra. Como detalle curioso estaba equipada con refrigeración líquida, estando el radiador integrado en el guardabarros trasero.
Según la describe la propia casa de subastas: “La práctica de las locomotoras de vapor fue recordada aún más por las largas bielas que unían directamente los pistones a la rueda trasera, que abrían y cerraban las válvulas de escape mecánicas a través de varillas de empuje accionadas por una leva en el cubo. Este último contenía un engranaje de reducción epicicloidal y no había volante de cigüeñal, la rueda trasera de disco sólido cumplía ese propósito. Las bandas de goma ayudaron a los pistones en la carrera de retorno.”

Y continua: “El combustible se alimentaba desde el tanque a un carburador de superficie y desde allí a través de válvulas de entrada atmosférica a los cilindros donde se encendía mediante un tubo caliente de platino, desarrollado por Daimler . El guardabarros trasero en forma de caja actuaba como depósito para el agua de refrigeración del motor, mientras que uno de los tubos del bastidor servía como depósito de aceite. Los neumáticos, fabricados bajo licencia de Dunlop por Veith en Alemania, fueron los primeros de la variedad neumática jamás instalados en una motocicleta”.
La historia del modelo tuvo más sombras que luces, ya que se estima que se fabricaron entre 800 y 2.000 unidades entre la propia marca que la lanzó al mercado y bajo licencia en Francia por Duncan y Superbie que la comercializo bajo el sobrenombre de «La Petrolette». El problema fundamental con el que se encontró fue ofrecerse a un precio poco competitivo y algunas taras de fabricación como no contar con ningún dispositivo de arranque, por lo que este se realizaba literalmente a la carrera.
En cualquier caso, este ejemplar en particular se ha despachado por una cifra final de 195.500 euros, lo que nos da una idea de su importancia dentro de la historia de las dos ruedas. Según la descripción se encuentra en un estado realmente bueno y además cuenta con documentación de la época sobre el modelo, habiendo estado bajo la misma propiedad desde 1990. Sin duda un pedazo de historia del mundo de las dos ruedas.