Casi a diario pasan por nuestra redacción alguna preparación realizada en cualquier latitud del globo. En ocasiones nos sorprendemos gratamente, en otras no tanto, y en una reducida parte de ellas nos quedamos con la boca abierta babeando sobre el teclado hasta que el jefe a la voz de “¡vamos!” nos trae de vuelta al mundo real. Precisamente nos preguntamos si esta Royal Enfield GT650 ‘Cerra 865’ es de aquí o traída desde algún otro planeta exterior. Lo que tenemos meridianamente claro es que pocas preparaciones sobre una motocicleta logran alcanzar el nivel de esta.
Sin duda gran parte de la culpa de que hoy estemos revueltos es de su creador, Carl Cerra, al que hemos conocido gracias a la entrevista que le ha concedido a los compañeros de Pipe Burn, y el cual deja volar su imaginación en su taller de customización Skunk Machine situado en Melbourne, Australia. Entre otras, ha dado vida a esta espectacular preparación sobre una Royal Enfield Continental GT 650, aunque de esta más bien queda poco como asegura el propio Cerra.
En ella se conjuga a la perfección artesanía, lujo, exclusividad y un proceso de diseño y ejecución digno de elogio en todos los sentidos. Pero claro esto no es casualidad, ya que Carl, ingeniero Industrial de profesión, ha trabajado con anterioridad para marcas de renombre como BMW, General Motors, Audi o Ford, así que echen cuentas. En ellas se especializó en el modelado de arcilla, y precisamente siguiendo esta técnica llevo a cabo el proyecto que culminaría con la Royal Enfield GT650 ‘Cerra 865’ convertida en una realidad, tras la petición de Urban Moto, el importador local de Royal Enfield en la zona, de crear algo muy especial y diferente.
Así que siguiendo las instrucciones del cliente, Cerra se puso manos a la obra, o a la arcilla. Lo primero que hizo fue precisamente producir un molde en este material para posteriormente, a base de fibra de vidrio, ir dando forma a muchas de las partes que luego terminarían fabricándose en otros materiales, como por ejemplo la fibra de carbono. A partir de ahí quedaba ir dándole la forma final a los detalles y elegir los mejores componentes, para construir esta increíble motocicleta que mezcla una imagen ochentera con algunas de las máquinas de la época que corrían en el TT Isla de Man. De hecho, si uno la mira fijamente puede encontrar similitudes estéticas con una moto también muy especial, la Paton S1-R.
Luego está la interminable lista de componentes empleados para su fabricación, donde prácticamente no queda nada de la Continental GT650 inicial, y donde su motor preparado por Hallam Cycle Works y llevado hasta los 865 cc es una de las piezas esenciales de este puzle que roza casi lo erótico. Según Cerra, a falta de datos oficiales, podría estar doblando la potencia originaria del bicilíndrico de 648 cc de la Continental, lo que se traduce en rozar los casi 100 CV. Pero esto solo es el comienzo porque después nos encontramos con otras joyas como un sistema de escape SC Project, horquilla frontal de GSXR o infinidad de piezas mecanizadas por CNC.
La suspensión se completa con un monoamortiguador posterior Ohlins y cuenta con frenada Brembo completa anclada en unas llantas Excel. La electrónica ha sido hecha a medida por Motogadget y, para poner la guinda final, una carrocería diseñada en exclusiva para el modelo y fabricada en fibra de carbono. Tras más de 2.000 horas de trabajo este es el resultado fina. Aunque no sabemos a cuanto puede ascender “la fiesta”, presumimos que solo está al alcance de unos pocos. Ya solo quedaría preguntarse una cosa: ¿Por qué no podemos tener una maravilla como esta en nuestro garaje? La pasta, como siempre la maldita pasta.
