Siempre que alguien descubre que estás en una web de motos se imagina el trabajo perfecto: todo el día probando las motos de última hornada, acudiendo a las carreras en primera fila, hablando con los pilotos que son sus ídolos… Bueno, también hay que madrugar cada día y montar en moto cuando no apetece tanto (frío y lluvia), pero no te vamos a quitar la ilusión. Ahora, en estas fechas navideñas de regalos y loterías, y después de estar probando las últimas motos… ¿cuál nos compraríamos si nos tocara la lotería? Pues enseguida te confesamos cuáles son las motos de nuestros sueños.
Nuestro redactor jefe, David Robledo, sueña con motos de Gran Premio: se compraría una Honda NSR250 del mejor pedigrí posible. Y puestos a pedir en el mejor estado posible y con recambios para poderla usar alguna vez en circuito… Porque cree que con un décimo no le daría para una Honda NSR500.
Daniel de la Sierra, nuestro comercial, es un gran amante de las motos custom y su sueño sería hacerse con una de las primeras Harley-Davidson V-Rod. No cualquiera, sino aquella original toda plateada, pues le parece, en sus propias palabras «sencillamente preciosa«.
Israel Medrano, nuestro editor, no se olvida de un paseo que le dieron hace tiempo en una de las primeras Suzuki GSX-R 750 y dudaría… pero le tira el amor por las dos tiempos. Si le toca la lotería, se compraría una Suzuki RG500, la deportiva de calle más parecida a una 500 de Gran Premio que ha habido.
Nuestro colaborador asturiano, Morrillu, nos cuenta su sueño: «dice el conocido anuncio que ‘no tenemos sueños baratos’. Sin embargo y en caso de ser agraciado con ‘El Gordo’ lo cierto es que mi sueño sería de lo más humilde: la cantidad que destinaría a esta enfermedad que son las dos ruedas sería más bien poco. De hecho y después de mucho pensar, seguramente me compraría una Cagiva XTRA Raptor. ¿Por qué? Pues porque creo que es una moto que hoy en día sigue siendo perfectamente utilizable en todo tipo de desplazamientos. Además de ser una moto de la que sólo se fabricaron 1.000 unidades y que cuenta con una parte ciclo de primer nivel y carbono a raudales ese bicilíndrico potente y a la vez irromplible unida a una estética completamente diferente atraería más miradas que cualquier moto moderna».
Javier Pérez-Rubio, nuestro director de pruebas, dice que su sueño es tener una Cagiva 500 de Gran Premio, más concretamente una V594 (el modelo de 1994 de John Kocinski). Como estas motos están en manos de coleccionistas privados, en caso de no encontrar una le gustaría poder comprar una Britten V-1000 o incluso una MV Agusta 500/3 ex Agostini, otras dos motos que son prácticamente imposibles de conseguir… si solamente te toca un décimo de lotería.
Josep Armengol, nuestro director editorial, lo tiene claro: la moto de sus sueños, y la que se compraría si le tocara una buena Primitiva (porque nunca juega a la lotería de Navidad…), es la Honda NR 750. Una moto única por muchos motivos, limitada e irrepetible con su motor V4 de pistones ovales y 32 válvulas. Aunque matriculable, la duda es si resulta razonable sacar a pasear alguna vez una joya así… ¿con qué seguro? ¿imaginas al pasar la ITV sus caras?
Julián Martínez-Picazo, nuestro becario, es un hombre práctico: se compraría la KTM 390 Adventure, una moto con un toque campero como a él le gustan pero un escalón por encima de su actual 125 «dos tiempos» (Husqvarna WRE 125).
Para nuestro colaborador, Tomás Pérez, la decisión estuvo clara: una Brough Superior SS100. Esta fue una de las motos más exclusivas de la historia, fabricada en una serie de solamente 69 unidades a partir de 1924. Tomás sueña con ella porque fue en su día el vehículo terrestre más rápido del momento, capaz de alcanzar las míticas 100 mph (millas por hora, unos 165 km/h). Lo que no nos queda claro es cuántos décimos ha comprado Tomás este año, porque no sabemos si con uno solo le daría para comprarse una…
