En la página web de su revista la Dirección General de Tráfico ha colgado un artículo repasando las diez infracciones más peligrosas que según ellos o sus cifras cometemos los motoristas. Vamos a repasarlas puesto que en algunos casos es cierto que es un comportamiento habitual y nos pone en situaciones de riesgo. Recuerda que 2 de cada 3 accidentes entre una moto y otro vehículo los provoca el otro: evidentemente conviene conducir muy a la defensiva para evitar, en lo posible, que “nos pillen”.
No siempre lo legal, o más reglamentario, es también lo más seguro para una moto…
En otros casos, el criterio de la DGT y el nuestro como usuarios experimentados y críticos en moto puede diferir. No siempre un comportamiento perfectamente reglamentario es más seguro para una moto, y de hecho en ciertas situaciones es mejor, más seguro, hacer lo que no es legal. Lo hemos dicho más veces, pero es mejor arriesgarse a una multa que arriesgarse a un golpe, y a veces se da esa elección hipotética. Veamos esas situaciones aprovechando las infografías que la propia DGT ha publicado, en las que, por cierto, el motorista parece no llevar guantes, lo que no es (¿todavía?) una infracción pero desde luego no es lo recomendable: mejor siempre con casco integral y guantes.
Adelantar sin suficiente separación
En carretera debemos siempre mantener por lo menos 1’5 metros de separación con los vehículos que adelantemos. En ciudad, o en caso de tráfico parado (atasco), esta distancia es entre discutible y permitida (depende de quién lo interprete, la verdad). Lo que está claro es que si te dedicas a moverte a pocos centímetros de los demás vehículos, incluyendo otras motos, más temprano que tarde acabarás colisionando con alguno y a partir de ahí puede pasar cualquier cosa (generalmente mala). Si no hay espacio piénsalo antes de pasar, y si lo hay procura dejar tanto como puedas con el otro vehículo, apartándote de sobras para tener más margen en caso de sorpresa.
Velocidad inadecuada
Fíjate que no ponemos “velocidad ilegal” sino inadecuada. A veces, por las condiciones de agarre o visibilidad, la velocidad legal de una vía es más alta de lo que la prudencia recomienda. Otras (muchas) veces sí que la estaremos superando, de forma que nos podemos meter en un lío. En ese caso están según la DGT el 23 por ciento de los accidentes de moto con víctimas en carretera, mientras que la infracción por exceso de velocidad (aunque sea sin más consecuencias) es también la más habitual en las estadísticas de la DGT. Así que por tu seguridad, y la de tu bolsillo, conviene tener un ojo puesto en el velocímetro para evitar excesos. Recuerda para eso los márgenes que la propia DGT establece para cada sanción: hasta 50 km/h de límite, si excedes en hasta 20 km/h la velocidad sólo hay sanción económica (100 euros sin puntos), y a partir de 60 km/h eso ocurre superándola hasta 30 km/h. Es decir, mucho cuidado si pasas de 70 km/h en ciudad (límite 50) o de 150 km/h en autovía (límite 120), porque empiezas a perder puntos (y más dinero)… Y más cuidado si te pillan superando en 70 km/h (o el doble hasta 70 km/h de límite), porque en ese caso (delito) tendrás que explicarle a un juez por qué no debe meterte entre rejas.
Circulación por arcenes
Salvo que esté indicado excepcionalmente (grandes atascos, obras) o en caso de avería (pinchazo) todos sabemos que está prohibido circular por el arcén. Sin embargo, éste es de aquellos casos en los que para una moto puede ser más seguro arriesgarse a la multa : la alternativa, aparte de quedarse quieto en el tráfico atascado (con no poco riesgo de que el coche de detrás termine alcanzándote…), es circular entre coches, con menos espacio lateral y más riesgo de que cambien de carril sin avisar y sin verte. Por el arcén ningún coche se pondrá a circular y el izquierdo es todavía más seguro (en el derecho sí pueden parar un momento o abrir una puerta y tirar algo), aunque suele estar más sucio y es más fácil pinchar.
Circular en sentido contrario
En carretera con línea continua, pero sobre todo en ciudad ante una fila de coches parados, en una avenida de doble sentido, es posible sucumbir a la tentación de superar esos coches adelantándolos por el carril contrario. Pues cuidado porque es una tentación muy cara: la sanción por circular invadiendo el sentido contrario (incluso pocos metros) es de 500 euros y seis puntos del carné. Pero más importante o grave que eso puede ser el problema si un coche que viene de frente no se percibe de nuestra presencia: el impacto sería muy violento. También lo será si alguno de esos coches que vamos a superar decide que debe dar media vuelta y se sale de la fila: tampoco será una maniobra correcta, pero nos lo encontraremos bloqueando el paso y el golpe tampoco sería flojo, sobre todo si además de estar usando el sentido contrario (mal) lo estamos haciendo rápido (muy mal).
Adelantamiento por la derecha
También sabemos todos que realizar un adelantamiento por la derecha es incorrecto, aunque no parece que todos sepamos que en este país se circula por la derecha, es decir, por el carril libre más a la derecha disponible… Pero al adelantar por la derecha existe el riesgo que en el último momento el conductor que vamos a superar se dé cuenta que “estorba” (o que está circulando incorrectamente). Si decide cambiarse al carril derecho por el que debería estar circulando si no adelantaba a nadie (sí, a veces alguno se da cuenta)… Eso puede pillarnos por sorpresa, y es fácil que ocurra estando en el ángulo muerto de sus retrovisores (zona tres cuartos trasera). Nos arriesgamos a un golpe lateral quizás a una velocidad poco moderada, de consecuencias impredecibles según el entorno.
Cambio de sentido incorrecto
Por lo visto y siempre según la DGT es frecuente que los motoristas demos media vuelta en plena carretera. Aparte de durante nuestras sesiones de fotos para las pruebas (guárdanos el secreto) no nos parece tan normal… Lógicamente no es una maniobra legal si no se hace donde está previsto (desvíos y demás), y en caso de necesidad debes procurar hacerlo confirmando varias veces que no hay tráfico y a poder ser donde no pises una línea continua. Una forma socorrida y generalmente correcta es aprovechar un camino o salida de finca, o un cruce, con el debido cuidado también por si hay tierra o gravilla.
Circular con las luces apagadas
De nuevo según la DGT, han observado bastantes motos y ciclomotores circulando sin luces. De noche es más que una imprudencia casi un suicidio, porque los demás vehículos nos verán cuando sea demasiado tarde para evitar un impacto. Pero también de día las luces ayudan mucho a que el resto del tráfico nos vea, aparte de que es obligatorio llevarlas. Asegúrate de que no tienes ninguna bombilla fundida, también (y sobre todo) las del piloto trasero tanto en “posición” como al frenar. Todavía me alucina que, cuando le indico en marcha a alguien que lleva una luz fundida (siempre lo hago si me doy cuenta), se muestre sorprendido… Tan difícil no es darse cuenta antes de salir, cada día. También acostumbro a avisar de una rueda obviamente deshinchada (presión baja), pero eso puedo entender que hay que mirarlo con manómetro ¡aunque suele ser evidente al manillar si a mí me llama la atención a simple vista!. De las presiones la DGT no dice nada, por cierto, pero asegúrate que las llevas bien en tu moto revisándolas con periodicidad: nunca más de un mes sin mirarlas.
Avanzar entre coches
La DGT describe con esas palabras las maniobras de las motos que circulan entre coches sin mantener la separación adecuada. Podemos estar de acuerdo en que hacerlo de forma brusca, imprudente, sin espacio, es peligrosa. Pero no estamos de acuerdo en que “las motocicletas deben circular por su lugar correspondiente, en el centro de su carril” tal como indican. No: las motos ocupan mucho menos del espacio de un carril (de coche) y por eso podemos elegir qué parte de ese carril usamos en cada momento para estar más seguros. Si circularas siempre por el centro del carril estarías más expuesto a las maniobras de riesgo del resto del tráfico, y sin escapatoria en caso de frenazo repentino por ejemplo. Muévete en tu carril, y a los vecinos: hazlo con espacio, sí, pero olvídate del “escaléxtric” que es para los coches.
Aparcar en la acera
La DGT recuerda que las motos no pueden aparcar en las aceras, salvo que el ayuntamiento lo permita en su ordenanza local. En ese caso habrá que hacerlo siguiendo las normas, que suelen centrarse en evitar que la moto aparcada sea una molestia, o un peligro, para los peatones. Totalmente de acuerdo, si bien algunos ayuntamientos son más tolerantes, o comprensivos, que otros en este aspecto. Ahora bien esto no tiene relación con la seguridad en marcha, más allá de recordar, si necesitas subir un bordillo, que debes hacerlo entrando lo más perpendicular posible so pena de que la rueda delantera te juegue una mala pasada y tengas una caída en (casi) parado.
Exceso de velocidad urbano
Hablando del ámbito urbano, la confianza en la agilidad de la moto puede hacernos bajar la guardia en zonas urbanas. Más allá del próximo límite legal de 30 km/h, lo cierto es que circulando por una calle de un carril es muy fácil que aparezca en la calzada un peatón, animal o niño de improviso. Si íbamos demasiado rápido, por muy ágil que sea nuestra moto y por muy buenos que sean nuestros frenos, no podremos evitar el atropello o nuestro golpe con algún vehículo o mueble urbano al esquivarlo. Según la DGT éste es otro de los diez problemas de seguridad más frecuentes de las motos en el tráfico.
