Rojo Ferrari, seguro que lo has oído más de una vez. No hay otra marca en el mundo que tenga un color que lo represente de esa manera, por mucho que lo intenten… quizás el naranja butano aquí en España, pero se asocia a la bombona y no al proveedor (Repsol). En cuanto al sonido, nos pasa lo mismo con Harley-Davidson y el particular sonido de sus motores que tantos han querido imitar sin lograrlo con éxito y con intentos de patente por medio.
Así pues estamos ante dos colosos de la industria de la automoción con varios paralelismos y es que a pesar de sus éxistos y su reconocimiento ambos han atravesado épocas complicadas para terminar reponiéndose. Además, en el caso de Ferrari, siempre se ha intentado de una manera o de otra vincularla bien sea con proyectos respaldados por la marca italiana o por preparaciones que se han llevado a cabo en paralelo.
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En esta ocasión estamos ante lo segundo, una preparación de una Harley Davison Softail que ha sido llevada a cabo por NLC, un preparador alemán que cuenta con bastante experiencia con las motos de Milwaukee. Cogiendo como base una Softail Breakout 114, han mantenido tanto el motor como el chasis, el basculante y las barras, añadiendo diferentes componentes estéticos entre los que predomina el acabado rojo.
Un pequeño cobertor de faro, manetas, retrovisores, pinzas pintadas en amarillo, escapes nuevos y pintados en negro y otros detalles en los que se han invertido unos 5.000 euros para una preparación que, desde luego, no pasará desapercibida. Sin duda una atrevida preparación que gustará a algunos y quizás no tanto a los más puristas de ambas marcas.