La escalada de precios en la energía en general y en los combustibles en particular, están llevando a una situación de tensión absoluta a la ya de por sí debilitada economía familiar española. Después de tres lustros de continua crisis por diferentes aspectos, la reciente guerra en territorio ucraniano ha terminado de hacer saltar por los aires un ya deficitario sistema energético.
En el caso que nos ocupa en este momento, el de la gasolina, la subida ha llevado al límite incluso al sector de las gasolineras, por lo que empezaba ser un tema realmente urgente. Así, el Gobierno ha anunciado que bajará el precio de la gasolina en busca de contener la subida de precios. Eso sí, no se espera que la medida entre en vigor antes del próximo día 29 de marzo, es decir, después del Consejo de Ministros. Así lo ha confirmado el ministro de Presidencia Félix Bolaños en el Congreso de los Diputados. Además, esta medida tampoco entrará en vigor antes de la cumbre europea en la que se va a debatir los días 24 y 25.

La intención del ejecutivo es conseguir una rebaja de hasta 30 céntimos por litro, y se hará a través de la rebaja de impuestos. De esta manera y a pesar de que la propia ministra de Hacienda María Jesús Montero dijera ayer mismo que antes de tomar cualquier medida había que consensuarla, la vía de la rebaja fiscal es la única salida.
En lugar de buscar fórmulas que ataquen a la causa del problema o de regular un mercado estratégico como es el energético, el estado dejará de ingresar parte del Impuesto Especial de Hidrocarburos hasta dejarlo al mínimo que permite la UE, y reducirá el IVA del 21% al 10%. Con estas dos rebajas se estima que el precio final bajaría en torno al 20% y, teniendo en cuenta los precios finales actuales se llegaría a esa cifra de hasta 30 céntimos.